Osvaldo Mora Rivas
Viento del Sur,
encontré al cordillerano viento;
venía del lago hacia los cerros,
iba yo mirando aquella altura y
me sentí empujado por su aliento.
La tierra seca bajo mis pies inquietos,
la va arreando como peón moreno;
cual niño travieso sopla al polvo,
polvo que a las hojas, al pasto,
a mi enredado pelo, a mis ojos;
es jinete de tierra en bueyes sudorosos.
Luego ya se calmó, bajó el polvo a la huella,
se agitó unos momentos y se durmió en las piedras.
Seguí mi marcha lenta y a poco subir cuestas,
sentí me hacía falta su mano suave y fresca.
Cerca está ya la cumbre, el sol quema mi rostro,
los pastos se retuercen por los fuegos eternos;
así pesa el cansancio, como pesan los años
al animal de tiro y al abuelo del barrio.
Mis pies quieren negarse a seguir avanzando,
pero siento tu voz viento cordillerano,
que me invita riendo, a seguir caminando y
mirar de más cerca, como vuelan los pájaros.
encontré al cordillerano viento;
venía del lago hacia los cerros,
iba yo mirando aquella altura y
me sentí empujado por su aliento.
La tierra seca bajo mis pies inquietos,
la va arreando como peón moreno;
cual niño travieso sopla al polvo,
polvo que a las hojas, al pasto,
a mi enredado pelo, a mis ojos;
es jinete de tierra en bueyes sudorosos.
Luego ya se calmó, bajó el polvo a la huella,
se agitó unos momentos y se durmió en las piedras.
Seguí mi marcha lenta y a poco subir cuestas,
sentí me hacía falta su mano suave y fresca.
Cerca está ya la cumbre, el sol quema mi rostro,
los pastos se retuercen por los fuegos eternos;
así pesa el cansancio, como pesan los años
al animal de tiro y al abuelo del barrio.
Mis pies quieren negarse a seguir avanzando,
pero siento tu voz viento cordillerano,
que me invita riendo, a seguir caminando y
mirar de más cerca, como vuelan los pájaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario