Daniel
Ramirez Muñoz (1984) estudiante de Servicio Social, poeta de Maipú, escribe
intensamente desde el 2008, participa en el taller de poesía avanzada del
profesor Sergio Rodriguez Saavedra. Actualmente tiene un poemario inédito
llamado “Errantes”
LA FRAGILIDAD DEL SER
No somos
rocas ni tenemos la piel curtida
contra las
inclemencias del tiempo.
Sin embargo
existimos para vencerlas
para
abrazar el horizonte aunque sea una línea imaginaria
y tensarla
como una cuerda para producir el canto
SUEÑOS
La realidad
nos agota
para eso
están los sueños , espejos
que
proyectan imágenes fantásticas
y que dan
cuenta de lo que quisieras ser
a la
velocidad de la luz.
Pero aquí
en Santiago todo corre lento
un domingo
en invierno,
cuando el
frío te hace buscar calor
en algún
rincón.
Mientras
cae un débil rayo de sol en la ventana
y tu
departamento mira hacia la calle
desierta
donde solo
queda frotarse las manos como una señal
aunque no
ves nada afuera.
MUJER DE INVIERNO
Como
quisieras a tu enjambre atraerla,
ahí en esa calle que busca helarte la sangre
esa espera
eterna por un bus
y la
mecánica diaria que su aparición interrumpe.
Sabes que
fácil sería palidecer como ella y su piel,
pero no
eres ciego ante los signos:
el latido ,
sus rojos labios besando el vaho
nocturno
sola y
su mirada atravesando puertas
de no sé qué destino.
DE LA ESCRITURA
soy la
suerte al descampado
todos
podrían ver esta semilla germinar
soy poesía
pero
soledad
papel y
lápiz
habitación
callada
LA MIRADA EN LA VENTANA
La micro
avanza , la mirada en la ventana
desovillando
la madeja del silencio
hasta dejar
un hilo delgado
donde mis
sueños se equilibran para no ser arrollados
por el
tiempo.
Persisto en
ello a pesar de que el temor es frágil.
Y la
ventana amenaza con quebrarse (ilusión que deseo)
como
escapar y perderme en una calle
hasta
encontrarme.
TV
Esta caja
negra
llena de
cables adentro
que lo
conectan a un satélite en lo alto del cielo
mágicamente
y no sabemos cómo
llega la
imagen nítida de todos los rincones ausentes del mundo
a una
distancia de dos brazos extendidos.
Nos basta
con un control remoto
para
acercarse aún más a la artificialidad
esa caja de
Pandora que nos trae el circo de turno.
La caja impregna
con los colores más llamativos tu vista
para
caer reposadamente en un noticiero que
te muestra
la herida
a una distancia
perfectamente
cómoda como tu cama.
Me han gustado los poemas, especialmente La mirada en la ventana...Compartí el blog
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