domingo, 5 de octubre de 2014

DOS MICROCUENTOS






Pronóstico 
   
Pronóstico de lluvia alivia la pesadumbre que padezco. Me animo. Quiero luz. Me levanto a correr  cortinas. Ordeno con prolijidad, me doy un baño y salgo a comprar pan fresco. Al regreso dispongo la mesa. Optimista, con la certeza que ha de ser como la lluvia erótica que un día nos incitó a pasear por la misma vereda, envolviéndonos luego en cálidas sábanas, donde nuestro sudor dejó una historia inconclusa, recojo el paraguas y espero el aguacero para salir a buscarte.


Presentimiento

En un extremo de la cama, simulando dormir, sigue atento los movimientos de la mujer, que allá lejos, en la otra orilla, se va incorporando. Un calorcillo enciende su rostro al ver el cuerpo, semidesnudo, caminando con delicadeza para desaparecer detrás de la puerta.
Él imagina: El agua cae sobre su cuerpo. Sus brazos abiertos, entregada a la tibia humedad que la recorre como un beso interminable. La espuma, como una mano, resbala por su piel acariciándola.
Envuelta en una toalla reaparece. La observa, indecisa, frente al espejo acomoda su cabello; atrás, hacia un lado. La maestría del mejor pintor maquilla su rostro. Toca pensativa cada prenda. Elige con esmero y se viste, ocultando con destreza su desnudez. Vuelve al espejo, se mira, un perfil, el otro. Satisfecha, se pone su perfume y se marcha, dando al hombre una mirada indiferente, haciendo un gesto frío con su mano. Él se queda envuelto en ese aroma que se va disipando, como el amor de la mujer que se ha ido.


JULIO ABEL SOTOMAYOR

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