Pronóstico
Pronóstico
de lluvia alivia la pesadumbre que padezco. Me animo. Quiero luz. Me levanto a
correr cortinas. Ordeno con prolijidad, me doy un baño y salgo a comprar
pan fresco. Al regreso dispongo la mesa. Optimista, con la certeza que ha de
ser como la lluvia erótica que un día nos incitó a pasear por la misma vereda,
envolviéndonos luego en cálidas sábanas, donde nuestro sudor dejó una historia
inconclusa, recojo el paraguas y espero el aguacero para salir a buscarte.
Presentimiento
En
un extremo de la cama, simulando dormir, sigue atento los movimientos de la
mujer, que allá lejos, en la otra orilla, se va incorporando. Un calorcillo
enciende su rostro al ver el cuerpo, semidesnudo, caminando con delicadeza para
desaparecer detrás de la puerta.
Él
imagina: El agua cae sobre su cuerpo. Sus
brazos abiertos, entregada a la tibia humedad que la recorre como un beso
interminable. La espuma, como una mano, resbala por su piel acariciándola.
Envuelta
en una toalla reaparece. La observa, indecisa, frente al espejo acomoda su
cabello; atrás, hacia un lado. La maestría del mejor pintor maquilla su rostro.
Toca pensativa cada prenda. Elige con esmero y se viste, ocultando con destreza
su desnudez. Vuelve al espejo, se mira, un perfil, el otro. Satisfecha, se pone
su perfume y se marcha, dando al hombre una mirada indiferente, haciendo un
gesto frío con su mano. Él se queda envuelto en ese aroma que se va disipando,
como el amor de la mujer que se ha ido.
JULIO ABEL SOTOMAYOR
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