Osvaldo Mora Rivas
El mundo del arte literario una vez más viste de luto, pero
brilla en el firmamento una nueva estrella. Ha fallecido uno de los grandes
escritores de América Latina, Gabriel García Márquez. Muere en un país muy
querido por él, con el respeto y agradecimiento de ese generoso pueblo, donde
vivió sus últimos 30 años, el jueves 17
de abril de este año.
En el Palacio de Bellas Artes, ciudad de México, se realizó
la Ceremonia de Homenaje al escritor colombiano. Entre escritores, lectores y
flores amarillas por miles, transcurre en profundo silencio la actividad.
Horas en Guardia de Honor a las cenizas del Premio Nobel,
marcaron el inicio del máximo homenaje que puede tener un ícono cultural en México.
La ceremonia laica mexicana contó con los discursos del
Presidente Enrique Peña Nieto y del mandatario colombiano Juan Manuel Santos.
El martes 22, la Catedral Primada de Bogotá fue escenario de
una despedida solemne y el miércoles, justo en el Día Internacional del Libro,
las bibliotecas públicas, los parques y colegios de Colombia, participaron de la lectura masiva de la
célebre obra “El Coronel no tiene quien le escriba”, publicada en 1961. Es un
relato en que aparecen temas recurrentes de la lluvia incesante, el coronel
abandonado a una soledad devastadora, apenas si compartida por su mujer, un
gallo, el recuerdo de un hijo muerto, la añoranza de batallas pasadas y…
miseria.
El estilo lacónico, áspero y breve, produce resultados
eficaces.
En 1962 reúne ocho de sus cuentos, dando vida a” Los
funerales de la Mamá Grande”; también publica su novela “La mala hora”.
En “Cien años de soledad” integra elementos de relatos
anteriores, que cobran un interés inusitado.
Tras este libro. García Márquez publica su obra preferida
“El otoño del patriarca” (1975), una historia turbia y cargada de tintes
visionarios acerca del absurdo periplo de un dictador solitario y grotesco. Más
tarde publica los cuentos “La increíble historia de la cándida Eréndira y su vuela desalmada” (1977)
y “Crónica de una muerte anunciada (1981) novela breve basada en un suceso real
de amor y venganza.
En 1987 escribe “El amor en los tiempos del cólera”, aquí
demuestra su gran conocimiento del corazón humano, brillando toda su
imaginación.
En 1982, se le concede el Premio Nobel de Literatura
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