En mi casa de camelias y jazmines, miro hoy el rostro de nuestra
Gabriela, me observa sonriente desde una medalla que recibí en el XVII
Encuentro del Mundo de la Cultura, La Serena, octubre 2013. Fuimos afortunados
los que asistimos durante seis días a esta cita con el conocimiento, la
cultura, el recuerdo, la huella de una mujer que desde la infancia nos asombró
con el saber y su sensibilidad fuera de lo común. Gabriela es más que una
poeta, más que una escritora, es aliento divino que hace florecer los
almendros, es un deseo de libertad y justicia social en la sangre.
Regreso a Santiago con la boca húmeda de mariposas y las manos como agua
que refresca la quemadura del que sufre sus pobrezas en el silencio del
abandono. Nadie como Gabriela para recordarnos el compromiso del escritor,
poner nuestras herramientas al servicio de aquel que no tiene voz o la
perdió de tanto gritar por sus derechos.
Música,
pintura, literatura, visitas a colegios, ponencias, presentación de libros son
la rica amalgama presente en este encuentro. ¡Qué importante es la visita a
Montegrande! Mirar aquel paisaje, el cielo de Gabriela, sus nubes y cerros. Sé
que nuestros ojos nunca van a ver como la poeta todo ese territorio. Algo va a
escapársenos porque no estamos fundidos con esta tierra prodigiosa y tampoco la
amamos como Gabriela.
"Llega hasta donde no puedas", dice Niko Kazantzakis. Parece
ser éste el lema de la Mistral, su lucha constante la eleva de su condición de
mujer pobre, humilde a la cima de la poesía, a la cumbre del universo
literario. Es como el pez volador que no se conforma con surcar los mares y
sube, vuela al aire de los pájaros.
La
condición humana es una lucha constante, todos somos combatientes e instancias
culturales como la vivida en la Región de Coquimbo son vitales para nosotros,
escapamos de la mediocridad, nos hacemos parte de un proceso que tiene como
norte ser mejores personas y contribuir a la transformación de la sociedad.
Tuve la posibilidad de reencontrarme con estudiantes en el Liceo Técnico
Marta Brunet de La Serena. Allí las niñas presentaron un maravilloso trabajo
artístico preparado con amor, esfuerzo y dedicación, no solo de ellas sino
también de los docentes y apoderados.
Además saboreamos una muestra culinaria preparada por las alumnas. Todo
fue hermoso. Es reconfortante ver que todavía tenemos futuro y que se pueden
hacer grandes cosas si trabajan juntas la comunidad educativa, las autoridades
y la familia.
Deseo decir tantas cosas, contar, por ejemplo, que la visita a La
Compañía, primera escuela de Gabriela Mistral, amplió el conocimiento que tenía
de la poeta. No quiero extenderme porque es posible que no terminara muy pronto
estas notas.
Doy infinitas gracias a Luis Aguilera, Presidente de la Sociedad de
Escritores, Filial Gabriela Mistral, Región de Coquimbo y Director Nacional,
por la invitación para que participara en este evento y por la oportunidad de
presentar mi libro Mendiga en la noche en el Liceo Técnico Marta Brunet.
Gracias a los escritores(as) que fueron mis compañeros en estos días y a las
autoridades que con su apoyo y compromiso permitieron la realización de este
encuentro.
Emilia Páez Salinas.
Círculo Literario de Maipú, Santiago.
Maipú, 04 de noviembre de 2013.
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