domingo, 5 de mayo de 2013

BOLEROS, CIRCUNSTANCIAS, LA VIDA MISMA




Tal parece que si se quiere analizar parte del comportamiento humano, acercándose lo más posible a lo real, a lo tangible, una forma expedita y de buen resultado posterior podría ser el desmenuzar las letras de aquel género musical que fue de gran popularidad hace 50 años, el bolero.
La existencia humana de hoy hace imposible concebir que  el amor de pareja sea llevado siguiendo esas letras, esos verdaderos poemas, esas declaraciones de amor, de fidelidad, de compromiso. En los días que corren pueden sonar ridículas, en especial a la gente joven.
El más aplastante pragmatismo en el vivir ha llegado también a la relación de pareja.  Es lamentable decirlo, pero es una realidad.
Sin embargo, es saludable estudiar, aunque someramente, lo que dicen los versos de estas piezas, que no solo brillaron en su tiempo por lo escrito, sino también por la elaborada musicalidad que presentaban.
Difícilmente podrán existir, en música popular, piezas de tal calidad, con letras de tal profundidad y con melodías tan gratas al oído.
Examinemos algunas letras de ellos.

No puede tomarse a la ligera decir aquello de:
Espérame en el cielo, corazón
si es que te vas primero

espérame que pronto yo me iré

ahí donde tú estás.     
Encierra una forma de decir con la mayor sutileza un conformismo acerca de la realidad, un esperar con resignación algo inevitable como es la muerte, que no se sabe a quien elegirá primero, y un apronte romántico por esencia además de una promesa.

Hay un deseo de unión férrea en:
Quiero que vivas sólo para mí

y que tu vayas por donde yo voy

para que mi alma sea no más de ti

bésame con frenesí.      Pero también podría interpretarse como egoísmo, no obstante ese egoísmo que brota del amor fuerte y decidido.

Los recuerdos más hermosos y gratos están reflejados en:
Siempre fuiste la razón de mi existir

Adorarte para mí fue religión

Y en tus besos yo encontraba

El calor que me brindaba

El amor y la pasión.        Sin duda trae a colación momentos mágicos vividos en conjunto.  ¡Cuánto se desearía vivirlos de nuevo!

Se insta a la pareja a llevar un amor al más raro extremo cuando se dice:
Quiéreme,

quiéreme hasta la locura

así sabrás la amargura

que estoy sufriendo por ti.           Se desea llevar al otro a límites discutibles, conducta que obedece a ese amor un tanto violento que muchos sienten.

Vuelven los recuerdos gratos, agradecidos, con instancias de gran provecho cuando uno dice al otro:
Supiste esclarecer mis pensamientos

Me diste la verdad que yo soñé

Ahuyentaste de mí los sufrimientos

En la primera noche que te amé       

Hoy mi playa se viste de amargura

Porque mi barca tiene que partir

A cruzar otros mares de locura

Cuida que no naufrague tu vivir       Hay un reconocimiento a la labor positiva, más allá de tan sólo el amor, que uno le dio al otro, al mismo tiempo que se establece el temor de un futuro que se desconoce.

Se plantea una realidad ineludible con conocimiento pleno de lo que la pareja ha debido sufrir cuando se expresa:
Estamos en las mismas condiciones

Borrarte de mi mente no he podido

Sé que has tenido crueles decepciones

Y como yo sufrí, sé que has sufrido          Establece una triste situación compartida, en la esperanza de reiniciar una relación.

Hay una declaración de amor implícita, suave, delicada, de profundo alcance cuando la letra dice:
No hay bella melodía

En que no surjas 

Ni yo quiero escucharla

Si no la escuchas tú.          

Más allá de tus labios

Del sol y las estrellas

contigo en la distancia

Amada mía estoy          Quien lo dice es un gozador de la música y de sus implicancias espirituales, y no duda en relacionarla con el amor que siente, y con la posición de los astros.

La sólida esperanza de reencontrarse, pero atenido a ciertas limitaciones que no son desconocidas, es lo que quiere expresar lo siguiente, aún cuando da por hecho la existencia de un solo corazón:
Cuando vuelva a tu lado

Y esté solo contigo

Las cosas que te digo

No repitas jamás

Por compasión;

Une tu labio al mío

Y estréchame en tus brazos

Y cuenta los latidos

De nuestro corazón.                  Se palpa el deseo ferviente de unión a toda costa.

Fataliza una relación (como hay muchas) estos sentidos versos:
Y desde aquel instante

Mejor fuera morir

Ni cerca ni distante

Podemos ya vivir.           Son aquellas vivencias en conjunto que no tienen destino por lo complejas.




Melancolía pura, gran tristeza, la escasa esperanza, es el reflejo de:
En un rincón del alma

Donde tengo una pena

Que me dejó tu adiós       Dan deseos de gritarle a quien lo dice que no claudique, que no se rinda.


Innumerables veces se han verificado relaciones amorosas en que uno obliga al otro, en que no hay solidez al existir uno que rechaza esa relación:
Me tienes

Pero de nada te vale

Soy tuya

Porque lo dicta un papel                   ¡Qué triste decir eso al otro!

El rechazo a habladurías e interferencias, poniendo por encima la fuerza de ese amor, lo dice claramente lo siguiente:
No hagas caso de la gente

Sigue la corriente

Y quiéreme más

Con eso tengo bastante

Vamos adelante

Sin ver qué dirán.                              Estas letras hablan de valentía, de coraje.

Valoriza de modo categórico el significado que ha tenido y tiene la escritura en la relación humana, cuando dice:
Son tus cartas mi esperanza

Mis temores y alegrías

Y aunque sean tonterías

Escríbeme…escríbeme                     Para los que glorifican, aunque modestamente a veces, la escritura, estos versos son dulces al oído.

A veces las lágrimas son oscuras, son frías y más tristes que otras, como estas:
Sufro la inmensa pena de tu extravío

Siento el dolor profundo de tu partida

Y lloro sin que sepas que el llanto mío

Tiene lágrimas negras, tiene lágrimas negras

Como mi vida.                                    No mucho que agregar a este canto de la decepción.

Apela al conocimiento que muchos tienen de lo que es la relación amorosa, sus alegrías y dolores quien dice a viva voz:
Quien sepa de amores

Que calle y comprenda

Que me dejen solo,

Sufriendo en silencio

mis penas de amores                   La soledad consigo mismo, lo recóndito, será siempre un camino para la terapia, en amores o en otras circunstancias.

Ha mirado hacia el espacio para consolarse aquel que dijo:
Llanto de luna

En la noche sin besos

De mi decepción               Y nuestro satélite siempre será un referente en amores

Busca que reine el silencio y apela a las coincidencias estos sentidos versos:
No me platiques ya

Déjame imaginar

Que no existe el pasado

Y que nacimos

El mismo instante

En que nos conocimos                     Trata de dar connotación de mágico al encuentro de dos.                                         

La más absoluta preocupación por el otro y sus sentimientos dice de modo maestro lo siguiente:
Yo sufro lo indecible

Si tú entristeces

No quiero que la duda

Te haga llorar                            Trasunta devoción por la pareja, Se pone en su                     
                                                       lugar decididamente.

Hace un paralelo entre dos elementos de cotidiano alcance de las personas, con el amor de pareja, al expresar lo siguiente:
Amor es el pan de la vida

Amor es la copa divina

Amor es un algo sin nombre

Que obsesiona al hombre

Por una mujer                                              No se puede desconocer que muchas veces es un sentimiento de obsesión y capricho lo que mueve a uno de ellos.

No desea reanudar nada por otro lado, sino inicia una búsqueda frenética aquel que dice:
Te he buscado donde quiera que yo voy

Y no te puede hallar

Para que quiero otros besos

Si tus labios no me quieren ya besar                   No se conforma con haber perdido al otro, y busca afanosamente sin resultado.

Hay que haber vivido en la realidad esta experiencia para saber todo el significado que encierra:
Reloj, no marques las horas

Porque voy a enloquecer

Ella se irá para siempre

Cuando amanezca otra vez.                                Sin mayores comentarios.

Se sincera de modo sobrecogedor, patético, conmovedor el que dice sin rodeos lo siguiente:
No pretendo ser tu dueño

No soy nada, yo no tengo vanidad

De mi vida, doy lo bueno

soy tan pobre, ¿qué otra cosa puedo dar?             Debe ser celebrado y muy apreciado por el otro, la sinceridad de estas palabras.

Es triste reconocer que a veces surgen mujeres de muy poco valor, que se hacen meritorias a palabras como estas:
Señora, tú eres señora

Y eres más perdida

Que las que se venden

Por necesidad                                   Boleros como este provocan más tristeza que otra cosa.

Sentencia de manera fuerte lo que significa el no tener a quien amar, estos sentidos versos:
Sin un amor, el alma muere derrotada

Desesperada en el dolor

Sacrificada sin razón

Sin un amor no hay salvación                  ¿Será para tanto aquello?

Tristeza, decepción, por desgracia instancias recurrentes en la relación amorosa humana, dicen estas palabras:
Una vez, nada más, en mi huerto

Brilló la esperanza

La esperanza que alumbra el camino

De mi soledad.                                        Toda una bella poesía es hacer alusión al campo sembrado y señalarlo como el lugar en que la esperanza se hizo presente.

La mayoría de las veces, al producirse una ruptura sentimental, uno de los dos queda sin saber qué hacer ni cómo enfrentar la vida que viene:
Por eso me pregunto

Al ver que me olvidaste

¿por qué no me enseñaste

Como se vive sin ti?                      Es el precio que se paga por la pronunciada dependencia.

Busca un confidente de valor aquel que dice:
Dame tus manos, ven

Toma las mías

Que te voy a confiar

Las ansias mías                                   ¿Cuántas veces se requiere de alguien que reciba nuestros más recónditos pensamientos?

No es aceptable que se busque un culpable sin haber hecho una profunda introspección y análisis de la conducta propia:
Usted es la culpable

De todas mis angustias

De todos mis quebrantos                       En general, en materia de ruptura de amores, la culpa es compartida.

Es de esperar que haya valido la pena traer a colación tantos versos de boleros, tan diferentes entre sí, pero de tan alto contenido moral y espiritual.   Ha sido el alma quien se los ha dictado a quienes los escribieron, lo cual, los que amamos las letras, sabemos de su absoluta realidad.


JUAN RAMON CUELLO FORMAS

MARZO 2013

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