Enrique Lamas Morales
Quiero comenzar el estudio de
esta maravillosa facultad humana y
su trascendencia cultural,
disculpándome por llegar
solamente hasta el
esbozo de los numerosos temas que nos
hacen incursionar y asomarnos
en especial, al mundo de
la Técnica y
del Arte. Un estudio
más profundo significaría
desarrollar muchas enciclopedias.
La
curiosidad intelectual, la fantasía
inventora y fabricante de mitos
junto a la
imitación forman un
tridente de capacidades
creadoras de cultura
que se potencian
mutuamente
Cuando niños conocimos
y disfrutamos del
juego del “monito mayor”
que consistía en
repetir los actos
y movimientos del compañero
que nos precedía
en la fila.
Pero en verdad
los últimos estudios
de los biólogos
señalan que son
los simios los
que imitan a
los homínidos. Ambos
linajes , el del hombre
y el de los
antropoides parecen venir de un tronco
común .Es este el que nos
surtió de la
capacidad de imitar.
En la evolución
de los humanos
es sorprendente la
acumulación de mutaciones
positivas y modificaciones anatómicas en
el perfeccionamiento de
la percepción visual
y de la
cúspide cerebral, que son
distintivas por una
singular estructura y redes
de conexiones de
las células nerviosas,
particularmente en el
cortex. En esto se
dividen las opiniones
de los científicos.
Los creacionistas atribuyen todas
estas perfecciones a la
creación divina. Otros,
evolucionistas puros, lo atribuyen
al azar y al proceso
de adaptación al medio. Ese
misterioso azar se
ha constituído en
un mito nacido y
criado en la
comunidad científica.
Algunos escritores que van
más allá de la ciencia,
sugieren que existió una
incorporación de genes, de
un misterioso pueblo, originario quien sabe
de donde, el de los
atlantes, hace ya unos
50.000 años. Hay muy pocas pruebas, que avalen
esa hipótesis pese
a las alusiones
de los filósofos
de la Antigua
Grecia al respecto.
En
concreto la capacidad de imitar particularmente de
chimpancés es muy
elevada pero como una actividad que
representa mas bien,
una diversión para
ellos. Hacen sus
proezas en las
pistas de los
circos, conduciendo
bicicletas o jugando
en otros deportes.
Para los humanos, en cambio, es una herramienta
muy importante en su
proceso de adaptación
al medio social. Es fase relevante
del aprendizaje indirecto
o reflejo y
gracias a ella y
al adiestramiento llegamos
a poseer conductas
sociales, hábitos, usos y costumbres. Una vida social que
tiene la mayor
trascendencia puesto que
nos da la
ascendente evolución
psíquica que nos
alejó de la
vida animal, aunque sin
eliminarla. La imitación puede
traspasar esos límites sociales
y llegar hasta la
vida espiritual. Así lo
muestra la obra
“Imitación de Cristo”
escrita por Tomás de
Kempis en el
siglo XV.
Cuando pronunciamos la palabra
imitar además de una
sonrisa, se nos viene
la idea que es
un proceso fácil. Y
parece sencillo al recordar
la gracia de
nuestros humoristas cuando remedan
a personajes públicos que
todos hemos visto
actuar, por el acierto en cuanto
a la voz, a
los ademanes y gestos, a
las frases cliché
que acostumbran. Imitar en
el aspecto de caracterizar
se une
a la simulación
en las técnicas
que usan los
artistas de teatro
y de cine.
Un
breve análisis del
proceso imitativo revela
la complejidad del
asunto porque el imitador
debe poner en
actividad funciones intelectivas
como son : una percepción muy
clara y distinta del
material imitativo: sostener
el deseo y la
voluntad de realizar
la imitación: la observación detenida
del modelo a imitar; agreguemos la grabación
en la memoria de los elementos a copiar; enseguida colocar una
atención sostenida en la
repetición de esos elementos
y la necesaria
representación en el
espacio mental para
el perfeccionamiento de la
reproducción o caracterización si
de eso se trata, para lograr una
semblanza y no
caer en la
caricatura del o
de los personajes.
La
imitación que efectúan los
antropoides más desarrollados es limitada no solamente
por su déficit
de atención sino también
porque no tienen
capacidad intelectual para
articular los pasos
de la operación mental
que median hasta
la finalización de
ella en el
contexto de una
sociedad como es
la actividad grupal
humana. Sin embargo, por imitación
son capaces de
utilizar correctamente algunos
instrumentos que los hombres
ocupan en sus
labores.
La postura bípeda
de los humanos y
el término de
la marcha cuadrúpeda,
significó la liberación
de sus extremidades
superiores y las
“manos libres” se perfeccionaron en
estrecha complicidad con el cerebro, hasta
lograr la creación
de instrumentos y
procedimientos para satisfacer
las necesidades de
ese extraño animal
que no tenía
garras para cavar
refugios, ni pelaje para soportar
el frío y
la lluvia, ni grandes
colmillos como los depredadores
que le acechaban.
Entonces debió crear
hachas para cortar
ramas y mantener
una fogata constante .Los leños
ardiendo, humeando le
sirvieron para ahuyentar
a las fieras.
Con la utilización del fuego se
produce un verdadero
big bang que cubre los
ecosistemas, reventando los nichos
que la Naturaleza
había destinado para
los humanos. Y desde
ese momento prometeico, la energía dominada gatilla una
mentalidad avasalladora,
conquistadora. No es por nada
que en Nueva York se alce
gigantesca la estatua
de la Libertad. Su
brazo derecho extendido
hacia lo alto sostiene
una antorcha. El culto mítico
del fuego ha
atravesado los siglos
y es cierto
que el homo
faber apoyado en
la técnica ha
liberado al humano.
Es
cierto también que la
libertad tiene un costo y
los daños y perjuicios los
estamos pagando muy
caro. Hemos fabricado el mito
del hombre rey de
la creación destinado dominar
la existencia de las
otras especies y también
de conseguir el
dominio de la
naturaleza, a tal punto que
la destrucción que
hemos hecho y
continuamos haciendo, la
degradación en aumento, nos
tiene al borde
del precipicio.
Una
vez conseguida la
protección y seguridad en su
entorno y sin el miedo acuciante el
hombre comenzó a procurar el bienestar para sus
familias y aparece el ocio
y el entretenimiento.
Después, una tranquila observación, por ejemplo
de como una hoja
seca flotaba en
la superficie de
una laguna o
lago sin hundirse
le sugirió la idea
de imitarla y
construir una balsa primero
y por esta
ley de eficiencia
intrínseca de la técnica, y
de la potencia combinatoria
de su mente, resultó el
bote y después
el barco. Circuito semejante
dio como resultante
la agricultura desde
la siembra de
las semillas hasta la
recuperación , desde la planta
con abundante cantidad
de ellas en
la cosecha. Procedimientos semejantes crearon la horticultura, la crianza avícola. La palabra
latina cultus entre
otras cosas significa
labranza. Ya ha quedado
obsoleta la definición
del etnólogo inglés Tylor
: el desarrollo cultural es ”gradual, unilateral, uniforme y
universal”, que presentaba el
modelo de desarrollo desde
la cuenca del Mediterráneo irradiándose
hacia todo el mundo.
Porque la cultura
es definitivamente histórica
y los pueblos precolombinos
amerindios. tomaron su
propio desarrollo de acuerdo
a las especiales
condiciones de vida
en el continente .Así tuvieron: dioses agricultura,
alimentación, crianza de animales,
arquitectura, alfarería y arte
ornamental propias y
singulares. Algo parecido ha
sucedido con la clasificación evolutiva
de acuerdo al
labrado de las
piedras, efectuada por los
sabios de Europa. Resulta que los pueblos nativos
de América no
fueron ni paleolíticos ni
neolíticos porque los
instrumentos hechos de piedra
fueron acá remplazados
por conchas , huesos, maderas
y metales.
La idea dominante
en Europa de
la difusión cultural siendo
el mundo antiguo y la
europea la fuente generadora, ha terminado
por diluirse. Por supuesto con
las migraciones, conquistas, colonizaciones, comercio y otros
desplazamientos, se produjo
una infiltración cultural
que es indudable .Las culturas
nativas imitaron en
el sentido de
copiar, lo que
les pareció conveniente por lo
útil y
novedoso. En el día de hoy la
imitación ingenua de lo
que proviene de
los grandes centros
culturales externos,
introduce el veneno
de la dominación.
Desde el lenguaje hablado
al escrito, y la impresión
de caracteres en la modernidad
mediante la imprenta, todo eso concluyó en una
gran revolución al
copiar los caracteres
y repetirlos muchas
veces con lo que se
logra la difusión
cuantitativa. Con ello la Técnica
ha conseguido un crecimiento de
tal magnitud, que hoy
usamos los instrumentos y aparatos
que nos ofrece
el mercado sin
advertir el proceso
de perfeccionamiento que
tuvieron, es decir su
particular historia.
La imitación de
los sonidos que
la naturaleza siempre
ha ofrecido como el
suave rumorear de
los insectos, el cantarino
desplazarse del agua de las
vertientes, el más impresionante
rugido del oleaje en el mar,
o el que produce
el viento en el follaje
de los árboles, llevó al
silbido y al
uso de las
cuerdas vocales y
a reproducir sonidos, actividad que es
un segundo proceso
de la imitación. La imitación
del canto de los pájaros
tuvo, primeramente, un objetivo
depredador, pues se trataba de atraerlos
para llevarlos hasta
la cocina. Hay otro avance,
después, mediante instrumentos
musicales como las flautas
y semejantes en
las que el sonido
se produce por
desplazamiento de una masa
de aire en tubos
huecos con perforaciones a las
que se les
agregó lengüetas para soplarlas
más fácilmente . A los
instrumentos de viento se agregaron los antiguos
tambores que se usaban como medio
de comunicación ya
que la percusión
espaciada llevaba muy
lejos el lenguaje
que la voz humana
no podía alcanzar. Surgieron no mucho más tarde, los instrumentos
de cuerda que son esencialmente vibratorios.
Con esto la
existencia humana cambiaba
desde la cruenta lucha
por la vida,
hacia los espacios
de recreación, de entretenimiento, de disfrute de los placeres, principalmente para
los sectores de
la elite, de
los administradores del
poder. La prehistoria nos revela
que los conjuntos musicales y
la práctica de instrumentos son más
antiguos que lo
que creemos. La música antigua
de Mesopotamia y
Egipto *( según el Diccionario Enciclopédico
de la Música, de Alison Latham, coordinadora ) ya se practicaba
en la Sexta Dinastía
hace unos 4.200
años . Aparece un grabado de
la reina Seshastet
acompañando su canto
con un arpa. Y
se ha constatado que la música
instrumental en las
cortes de Mesopotamia y
Egipto estaba a
cargo de esclavos
hombres y mujeres. Pinturas y
grabados muestran escenas
en que conjuntos
musicales acompañaban el
regocijo de la práctica
sexual explícita; todo aquello
en vivo. Seguro que en ese
tiempo nació el
allegro vivace.
Con flautas, liras, arpas se
hace música en
consonancia armoniosa, esto es la música
como sonidos organizados
para causar placer
al escucharlos y no
para espantar a
alguien con los
ruidos.
En
aquel mundo antiguo
la India tenía mucho
que decir sobre
música y de
la sexualidad natural
y sin tabúes. Escribieron el Kama Sutra con ilustraciones
muy explícitas. Si algún
hombre moderno les
hubiera reprochado esas conductas gritándoles: ¡pecadores! , habrían reído
una semana corrida.
Muchos siglos después
los griegos recogieron ese avance
cultural y estudiaron con
profundidad el arte musical.
Aristoseno en su
escrito titulado “Elementos
armónicos” se refiere
a los integrantes
básicos de la composición musical: tono, ciclos, intervalos,
consonancia y disonancia, escalas, movimiento de la voz. Sin embargo
es Pitágoras, nacido en el
siglo VI A.C. considerado
el sabio más
grande ese siglo por
su erudición, por su
profundización en matemáticas, en los misterios
órficos, en música, el
que al estudiar
el sonido de
las cuerdas, encuentra diferencias
por el número
de vibraciones en
las notas de
la escala y
trata de cuantificarlas, lo que
significa fundar la
ciencia acústica.
La Acústica es
la ciencia que
estudia el sonido y lo
define como una
forma de energía que
implica movimiento vibratorio.
Las vibraciones se
traducen en ondas
y a la
longitud de estas
se le llama
ciclo. El número de ciclos por
segundo, llamado también frecuencia, se
mide en unidades
Hertz, correspondiendo un Hertz
a un ciclo por
segundo. La nota
“la” vecina del do al centro
de teclado, tiene vibraciones
correspondientes a 440
Hertz y de ella
se obtienen los
ciclos para las
restantes notas de la
escala tonal. A las frecuencias
armónicas de una
cuerda en vibración se
llega con múltiplos simples
de la fundamental.
Estamos con todo
eso en la
técnica de la
ejecución de música. A la
creación musical se avanza
poco a poco.
Ahora con el
apoyo de la
grabación, es decir los
discos, la difusión
musical se ha
expandido y los antiguos
conjuntos musicales dieron
paso a las
orquestas, a las
sinfónicas y además
la escritura musical
permite intensificar esa
creación. Pero además apoyados
en el sistema
numérico binario que
en música se
presenta en dos períodos : uno de pulsación y
otro vacío, llegamos hasta
la musical digital
y a la
tecno- música.
Toda la técnica de
transmisión que llamamos
multimedia porque enlaza
o fusiona teléfono, computador,
televisor, tiene fundamento en
microfísica, puesto que la hipótesis vigente sostiene
que la energía se manifiesta en
identidades o acontecimientos compuestos
de corpúsculo y de onda. Es en
el proceso de
envío a los
satélites donde rebotan
las señales, donde
actualizamos la onda
y potenciamos el
corpúsculo y en el regreso , de vuelta, actualizamos lo corpuscular
y potenciamos la onda lo
que permite re- crear
las imágenes y
los sonidos. Todo parece
sencillo por la instantaneidad, pero son procesos muy complejos
donde es necesaria entre
otras muchas técnicas, la codificación y decodificación.
Desde los primeros
instrumentos de labranza, de
estos antiguos instrumentos musicales,
hemos aterrizado en
un especial universo poblado de
máquinas; algunas de ellas
nos ayudan a
vivir mejor y
otras a morir
rápidamente ; en robótica dan
ayuda para trabajos en
los que el ser
humano no puede hacerlos por
lo riesgoso o
delicado. Variedad exuberante de
máquinas para generar energía,
cosechar, elaborar productos
agrícolas, motores para el
transporte. Instrumentos para
llegar a los
rincones de los
universos micro y macro físicos; y
este boom de
las comunicaciones relacionadas
con la informática
y telecomunicaciones y tantos
otros inventos para
la medicina y
la tecnociencia. Ha llegado también
el miedo a la
técnica y en
especial a toda
la maquinaria de
guerra que se
ha creado porque
persiste en los
genes humanos, en el
cromosoma X , un aminoácido
que produce o
estimula la ferocidad guerrera. Sin conocer
genética T. Hobbes hace
siglos, nos entregó la
sentencia :”el hombre es
el lobo del
hombre”. Es una maldición
que desatada, produce hasta
en los pueblos
más cultos, la conducta
del exterminio de
todos aquellos que
estorban sus planes. No se puede demonizar
a la Técnica, ni echarle
la culpa a Dios
de todo lo que
se nos ha
venido encima. Quizás si
nos asomáramos a nuestro
interior, podríamos ver la
deformidad en que
nos hemos convertido.
La ciencia moderna
no existiría sin
el apoyo de la
tecnología.
El Arte también tiene sustentación
en la Técnica como hemos
anotado en lo que se refiere
a la Música. Pero en
otras ramas artísticas
como la escultura
y la pintura
se da el
fenómeno imitativo en
el aspecto del
oficio del maestro
y el discípulo,
mismo procedimiento que precedió
a la era
industrial, el período
medieval del artesano
que imitaba las técnicas
que el maestro
le enseñaba.
Todos advertimos que
el arte propiamente
tal, no está
en una ejecución musical
cualquiera , o en la copia
imitativa de una
célebre pintura , o en
la multiplicación de
esculturas de una Venus.
Sobre esas técnicas
hay un algo más,
un plus que el
creador artístico deja
impreso en su
obra y que
tiene relación con
facetas expuestas de
la sensibilidad humana,
con particulares emociones
que pueden elevarse
desde el erotismo u otras
aspiraciones esenciales, hasta
una espiritualidad que
trasciende al creador
de la obra
de arte.
El pseudo-arte llega
a nuestros pueblos con
una invasión de luismigueles y
de leidisgagas con
sus bolsillos y carteras de payaso, para
llenarse en esos
recitales donde las
entradas más caras
son a veces superiores a
lo que un
obrero gana al mes
con su sueldo
vital. Es un verdadero
misterio de donde
salen esos dineros para la
satisfacción de tanta gente
linda.
El verdadero Arte es
una levitación sobre
el piso de la
Técnica.
Lo artístico se
coge (o no se coge) tras
una percepción intuitiva, emocional, vivencial de
lo que aparenta
ser objeto o
materia , sea escultura, pintura, composición musical. Pero
hay en ellas, vibraciones referenciales
que van de ida y
vuelta hacia el
espectador que no es
pasivo y
no se sabe
cuan cierto es que la
obra de arte
emana efluvios que llegan, sin
importar el tiempo
de su creación,
hasta nosotros.
Todo análisis que
signifique comentarios acerca
de lo que
llamamos artístico ayuda en
cuanto a la ubicación biográfica, histórica y a
la contextualización de la obra
de arte.
Los períodos que los
estudiosos llaman romántico, clásico, bizantino, gótico,
renacentista, impresionista y tantos
otros, nos indican que
muchos artistas siguen el
manierismo, la moda por
la gran influencia de
los maestros . Es la
facultad de imitar que
comentamos en este
presente estudio y
que descubre vetas
variadas y numerosas
para la inquietud de
los investigadores.