MODUS VIVENDI
No me faltó jamás
lo que no tuve.
Nunca me sedujeron
los encajes.
No vendí
a cualquier precio
mis ideas.
Ni lancé a fuente alguna
los deseos.
Tuve mi cuota
de alegría y llanto
La risa me fue fácil
las penas
llegaron sin pedirlas
como llega el ocaso,
las mañanas
el resfrío común,
las desgracias.
los susurros de amor
nunca murieron,
en el viejo balcón
aún florecen.
Jugué a la ronda
con mis soledades.
Amasé el pan
de mis tribulaciones
y con él comulgué
cada mañana.
No fui la encarnación
de la alegría
en mi corona
hubo más de una espina;
pero a veces reí
de buena gana.
Pude haber sido
algo más feliz
lo reconozco,
porque aquello
que ensombreció mi vida
debí tirar al basurero
sin contemplaciones;
pero viví discretamente;
mas, sin buscar laureles,
pequeños triunfos
le arranqué a la vida…
Para lecho final
elegiré la tierra
porque en ella
se pasearán a gusto
mis gusanos.
Crecerán libremente
los yerbajos
y rondarán mi tumba
sin pudores,
las sigilosas pisadas
de los gatos
tratando de cazar
a los gorriones.
DUETO
Se me llenan las manos
y los dedos de ojos,
en la palma me crecen
dos grandes labios rojos.
Y te toco y te miro
y me asomo hasta el fondo;
y en cada hueso tuyo
se dibuja el asombro.
La boca de mi mano
de tu piel se alimenta.
La mirada te adopta,
la caricia te repta.
Mis deseos son pasos
buscando tu vereda.
Te acaricio y te miro,
y en el ojo te quedas.
Y tu piel entre las manos,
me promete una fiesta.
Voy célere al encuentro
y tú me abres la puerta.
Y en esta fiesta bebo
y me embriago hasta ser,
un puñado de nada;
muero y vuelvo a nacer.
MÁS
Más que un beso, un tormento;
más que un abrazo era todo
desgarrándose por dentro.
Más que susurrar, te quiero,
un grito rompiendo el tiempo,
ensordeciendo hasta el cielo.
Más que un simple adiós, el alma
saliéndose por los ojos,
despeñándose en la cara.
Más que el dolor de partir,
al filo de la mañana;
más que partir, morir.
NUESTRA NOCHE
Se ha hecho tarde, te has ido,
amanece.
Ya las blancas paredes
se sonrojan
frente al sol que aparece.
Como un viejo fisgón
goza al buscar,
los vestigios de amor
de nuestra noche…
En medio de la pieza,
aún tirados,
ha encontrado: mi bata
y un reproche.
Y en relieve, bordado
en mi almohadón;
tu susurro, tu beso,
tu pasión.
Palmenia San Martín Torrejón
Que lindo! Amo suas poesias!
ResponderEliminarGrande abraço
Maria
http://arteseartesmjfortuna.blogspot.com.br/
Una excelente persona, con un don maravilloso... Tengo el privilegio de poseer algunas de sus publicaciones.... Un gran saludo
ResponderEliminarHola,mi nombre es Anibal Carmona Mundaca, necesito contactarme con Palmenia San Martin Torrejon, si pudiera a traves de este blog conseguir un contacto lo agradeceria mucho. dejo un correo en caso de que puedan ayudarme. anibalcarmonamundaca@hotmail.com
ResponderEliminarLe envié un mensaje al correo indicado, pero rebotó. Lamento informar que Palmenia San Martín falleció el sábado 3 de agosto.
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