miércoles, 30 de noviembre de 2011

ESPACIOS CULTURALES


        

 
Enrique Darío Lamas M.


            La insoportable  levedad de ser entes pensantes, se hace cada vez más penosa  si  no tenemos el lugar físico, el ahí y el ahora.
        
Sin esos  espacios flotan nuestros más preciados  huesos culturales  que  hemos  atesorado  y arrastrado  para compartirlos  con otros, pero viéndonos  las caras  y  disfrutando juntos  como animales  sociales, custodiando  lo que valoramos  como  esencias características  de la especie  humana.
         
Pero no están empujando  a reptar por las calles  y encontrar allí los lugares  para expresar inquietudes, necesidades ciudadanas. Los  estudiantes salen desde  sus prisiones-escuelas  a ocupar esos espacios y con batucadas, bailes,  gritos, cánticos  manifiestan  la alegría  de encontrarse  y reencontrarse en demostraciones  multitudinarias.
          
Internet y sus redes  son herramientas  muy importantes de intercomunicación. Sin embargo  nos   deslizan al aislamiento en espacios  cibernéticos. Pero nosotros  no somos seres virtuales sino  de carne y hueso. Necesitamos  el espacio real, el lugar  donde conversar nuestros proyectos  y anhelos  cara  a cara. Precisamos lugares  donde  podamos entregarnos  a la creación literaria, a la expresión  pictórica, a  la conversación  sin prisa, a caminar  las rutas poéticas, donde cantar las canciones  de antes  y de ahora.
           
Es verdad que  el terremoto colapsó  acá  en Maipú, algunos  sitios  que  nos eran indispensables .
           
Es verdad  también  que provocamos  fastidio  y  nos eluden los  que  tienen  a su cargo la conducción cultural  y son distribuidores  de los recursos  para  las actividades inherentes. Esos funcionarios  interpretan nuestro asedio como una amenaza  a la tranquila  recepción  de sus emolumentos  mensuales  burocráticos.
          
En la   reciente cumbre  ciudadana,  algunos  participamos  para  entregar  las  necesidades  de  contar  con  espacios  culturales. En todas  las  mesas  de trabajo  se proyectaron  iniciativas  para  ocupar recintos  aún disponibles  y  considerar la construcción  en cada sector-barrio de gimnasios  multipropósitos  para asentar  y albergar  en ellos  las  organizaciones  comunitarias  y vecinales  y sus proyectos  de  cultura.
         
La verdad  que  son  sueños  que  pasarán  de generación  a generación  sin  un despertar  alegre. Sueños  eternos porque  cuando llegan los  recursos estos  son  desplazados  desde  lo importante  a lo urgente. Los  sueños  personales  pasan  a la categoría  de  sueños  colectivos no realizados.
          
¿Cuántos  de los  más  de  medio millón  de  maipucinos  o maipuínos  saben  o han  oído mencionar  que  hay  una  joya  oculta en  el  corazón, en el  centro mismo de  nuestra  ciudad?
         
Señoras  y  señores, hay  un  recinto que  permanece  cerrado desde  los  tiempos  en que  los  concejales  tenían  la denominación  de regidores . Un  espacio, un  recinto  con  un aforo  superior  a las cinco mil personas, que  se podría  convertir  en  un Arena  como  el  que  se  levantó en  el  parque Cousiño .
           ¿ Cuántas  administraciones  municipales  han  pasado, elegidas  con  nuestros  sufragios, que  no fueron capaces  de  conseguir con  el  gobierno del país, con  el Ministerio  de Cultura,o el de Deportes  los  fondos  para  recuperar  el recinto  de  la  medialuna?
          
El asunto es tan críptico, tan  secreto  que  mueve  la  mente   a imaginar que  tras  los  monumentales portones  se  oculta  algo.
          
¿Quizás  cayó un meteorito, un trozo de nave  espacial y la Nasa  no permite  intrusión,  hasta una total investigación?
          
¿Talvez  se instaló allí un laboratorio para investigar genética  con ratones?.¿Habrá  ahí restos el arca de Noé?
           
Pero la última decisión podría ser  también  hacer del  recinto un memorial  para  recordar  y  rendir  homenaje a todas las vaquillas  maltratadas  y  torturadas en los  rodeos  que  hasta  fines de la primera  mitad  del siglo  pasado allí  se  efectuaron .Algunos  músicos  dicen  sentir  todavía  ecos de  los rasgueos  de las  guitarras y de  los  sones de cuecas  y tonadas  que  animaban  a  los  huasos  y  a  sus caballos en  las  corridas.
         

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