miércoles, 30 de noviembre de 2011

COMENTARIO DE LIBROS



KAFKA en primera persona

Selección, traducción y notas de Carla Cordua
LOM Ediciones 2010 – 144 páginas
Disponible en: BIBLIOMETRO

Esta es una selección de los diarios de vida que Kafka se obligó a escribir como una tabla de salvación ante sus dificultades ante la vida y los problemas que le causaba su precaria salud.
Este libro atrae, no sólo por ser un medio para adentrarse en la literatura del autor checo, sino por la selección y notas de Carla Cordua, doctora en filosofía, distinguida académica y autora de varios libros de filosofía y ensayos sobre literatura y diversos aspectos de la vida cultural.

Se inicia con una introducción de 47 páginas en las cuales Cordua comenta el diario, la vida del escritor, su literatura y sus biógrafos. Entre éstos destaca a Elías Canetti, con su libro: El otro proceso de Kafka. Sobre las cartas a Felice, de la cual ella escribe: “Pocas biografías más completas pueden rivalizar con este ensayo en inteligencia y agudeza psicológica”.
La selección de diarios se inicia el 17 de mayo de 1910, para terminar el 12 de junio de 1923 y a través de ella afloran las obsesiones de Kafka, sus sueños, reflexiones, además de su incapacidad para reconocer el propio talento.

Franz Kafka, nació en Praga, entonces parte del imperio austro-húngaro. Fue el primer hijo en un hogar de judíos acomodados, germano hablantes. Se doctoró en derecho y debió atender por un tiempo una fábrica de asbesto, propiedad de un cuñado enviado al frente. ¿Influiría la posible atmósfera contaminada con asbesto en su posterior tuberculosis?Dos de sus hermanos menores murieron en la niñez y sus tres hermanas fueron asesinadas en campos de exterminio alemanes. Padeció de mala salud hasta contraer tuberculosis y fallecer a los 41 años, sin casarse nunca a pesar de varios intentos de los cuales se retraía a último momento. Fiel a la moral de la época, dividía a las mujeres en dos clases: la buena chica y la prostituta. Frecuentaba alegremente a las últimas y mantenía relaciones mayormente epistolares con sus prometidas. Cabe hacer notar que manifestaba sentir repugnancia ante el sexo, lo cual no le impedía practicarlo con asiduidad.
Sus obras mas conocidas y que se leen hasta hoy: El desaparecido (o America) El proceso, El castillo, que fueron publicadas póstumamente, contrariando el deseo del autor que quiso que fueran quemadas. Además, varios cuentos, el más conocido: La metamorfosis y numerosas cartas que han sido publicadas.

EXTRACTOS de diarios

31 octubre 1911

Para no olvidarme, en caso que mi padre vuelva a llamarme otra vez un mal hijo, anoto para mi que, delante de algunos parientes y sin un motivo especial, ya sea simplemente para oprimirme, ya sea para supuestamente salvarme, llamó a Max (su amigo  de muchos años y escritor Max Brod)“un loco irresponsable” y que ayer, cuando Löwy estaba en mi habitación, se refirió, con sacudidas irónicas del cuerpo, retorcimientos de la boca, a personas ajenas  a las que se dejaba entrar en la casa; preguntando qué podría resultar interesante en un extraño y para qué establecer relaciones tan inútiles, etc.

2 de agosto de 1914.

Alemania le declaró la guerra a Rusia. Por la tarde, clases de natación.

6 de agosto de 1914

Procesión patriótica. Discurso del alcalde. Luego desaparición, entonces aparición y el grito alemán “Viva nuestro querido monarca, viva”. Yo estoy presente con mi mirada maligna. Estas procesiones son uno de los fenómenos más repugnantes que acompañan a la guerra. Iniciada por comerciantes judíos, que son a veces alemanes, a veces checos y que lo reconocen pero que nunca pueden proclamarlo tan ruidosamente como ahora.

8 de enero de 1914.

¿Qué tengo en común con los judíos? Apenas tengo algo en común conmigo mismo y debería meterme bien silencioso, conforme con poder respirar, en un rincón.

14 de febrero de 1914

Si me suicidara, es seguro que nadie tendría la culpa, aunque resultara evidente, por ejemplo, que el motivo más próximo sería la conducta de Felice. Ya me he representado en una ocasión, durante el semisueño, la escena que tendría lugar cuando yo, previendo el final, llegara a su casa, fuera rechazado como pretendiente, con la carta de despedida en el bolsillo, depositara la carta sobre la mesa, me dirigiera al balcón, liberándome de todos los que acuden presurosamente para sujetarme, mientras una mano tras la otra tienen que soltarme, y saltara por encima de la reja del balcón. En la carta diría que aunque salto al vacío por Felice, pero en el caso que mi petición de mano hubiera sido aceptada, nada esencial habría cambiado para mi. Mi lugar está allá abajo y no encuentro otro arreglo. Felice es casualmente la persona a propósito de quien mi destino se hace manifiesto, no soy capaz de vivir sin ella y tengo que saltar al vacío, tampoco sería capaz – y Felice intuye esto – de vivir con ella…… Pero yo me atengo a representaciones, vivo enteramente enredado con la vida, no lo haré, estoy congelado, triste de que una camisa alrededor del cuello me apriete, estoy condenado, apenas respiro en la niebla.

30 de agosto de 1914

Frío y vacío. Siento demasiado los límites de mi capacidad, los cuales, cuando no estoy absolutamente poseído, son, sin duda, muy estrechos. Y creo que aún poseído soy arrastrado solo dentro de estos estrechos límites, los que,  por lo demás, no siento, ya que soy arrastrado. A pesar de ello hay, entre esos límites, especio para vivir y para eso es que tendré a bien usarlos hasta el envilecimiento.

30 de noviembre 1914

Ya no puedo seguir escribiendo. He llegado al límite definitivo, delante del que tal vez deba quedarme sentado otra vez por años, para comenzar acaso una vez más una nueva historia que quedará incompleta otra vez.

23 de enero de 1922

La vacilación antes del nacimiento. Si existe la transmigración de las almas, entonces todavía no estoy ni siquiera en el estadio inferior. Mi vida es la vacilación antes del nacimiento.

25 de septiembre de 1917

No es completamente perverso tener hijos siendo tuberculoso. El padre de Flaubert era tuberculoso. Elección: o al niño le silbará el pulmón (linda expresión musical, a propósito de la cual el médico posa el oído sobre el pecho) o se convierte en Flaubert. El padre tiembla mientras, en el vacío, se delibera acerca de ello.


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