lunes, 31 de octubre de 2011

POEMAS DE ALEJANDRA SEREY


Corazón 

Nunca,
nunca te duermes.
¿Cuándo serás un ave
y dejarás mi pecho?
Te conozco,
eres débil.
La sangre,
las arterias,
 y venas.
todo
todo eso corazón
te quiere mustio.
Yo  gentil
y callada,
te anhelo.
Cuando duermo,
y dejo
de oírte.

Amy
(1983-2011)

Alguna vez te dijeron fea.
después  tu voz se afirmó de eso,
y tu ego.
Todos los chanchos, todas las gallinas,
querían mandarte al gym,
y oír rock and roll.
No fue nada de eso.
Solo  que estabas muy borrada
como para aseverarlo.




Mi lado salvaje

Me estoy escondiendo.
El vino me detesta
y yo a él.
 En mi puño dádivas
se ahorcan, se desmayan
entre los dedos.
Adolece
un  pulgar izquierdo,
Adolece
un dedo del corazón.
Mi lado salvaje
 Pega y clama, arde.



Isla Negra

En esta playa me he perdido como una niña.
La multitud socavó mi juego en la arena,
y los pasos que me guiaban
hasta el hogar de tus ojos.
Los inviernos del mundo todos
enredados a la orilla  ocre
y la  estación  siempre una,
la que repudia al gentío.
Me gusta.

   
La elegida

Necesito que el frío se vaya.
Que se vaya  con su invierno,
 que se vaya contigo
y tu elegida.
Quiero quedarme con esto,
que no es tu voz amarilla
ni tus manos por música.
Esto,  a lo que llamo
el mar de mi preguntas.

  
En estricto orden  

Cabeza, pelos, cabellera mía
cuello trazado, hombros, pecho.
  Mis pechos, brazos canijos, las muñecas.
 Los dedos, las caderas anchas, la pelvis.
 Los muslos, pantorrillas, mis dos empeines.
 me agradecen la corriente fría
 que los eriza  en tu nombre.










                                       Reseña autobiográfica: Alejandra Serey Suau

1983
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Nací en la comuna de Maipú. Hija de Julio Serey,  intérprete y folclorista de larga trayectoria y de Cecilia Suau, ávida lectora y tímida poetiza oculta. Fui criada en  la idiosincrasia de izquierda revolucionaria. Paradójicamente, realicé la básica en una escuela Matte en donde nos trataban como señoritas de los años cuarenta. Aquí la rigidez de la enseñanza alimentó mi penitente personalidad. Aquí también tuve mi primer encuentro con las figuras en el ramo de literatura, insólito y precoz  aprendizaje que encauzó la melancolía.
Mi creación está  ligada en forma unánime a una cosmovisión íntima, forjada en la soledad y en la pasión. Lo femenino, lo materno está lleno de voces enfurecidas, defensoras.
La literatura sin directrices, en la ruta imaginaria de los autores que resuenan por ahí y que memorizo a costa de mi frágil memoria, ha sido fortaleza y debilidad al mismo tiempo.
Los poemas seleccionados corresponden a varios  proyectos, los cuales vienen gestándose desde hace un par de años y que aun están lejos de transformarse en libros. “El corazón y los ojos” obra pensada en la descripción de lo transitorio y  “Pleamar”, obra que resucita en parte, mi apego a los referentes populares de la poesía chilena.





 

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