domingo, 12 de agosto de 2012

LA NUBE NEGRA




                                                  Palmenia San Martín Torrejón

Cuento infantil para adultos

Este cuento, contrariamente a las antiguas narraciones infantiles, que siempre suceden en un remoto lugar, da un salto en el tiempo y nos transporta al futuro, donde, seguramente, más de una abuela contará a sus nietos algún cuento como éste.

“En un pequeño departamento, un anciano pasaba los últimos días de su existencia. Sin embargo, su deseo de volver a ver el sol que había conocido cuando niño, no le permitía emprender el gran viaje. Sucedía que una nube grande y negra cubría la ciudad, ennegrecía las estatuas y daba un aspecto de tristeza a los pocos árboles que aún sobrevivían. El sol,  ya no podía verse.

Cada mañana iba al departamento del anciano moribundo, el Encargado de Salud de la ciudad para retirar la mano artificial que el Ayuntamiento prestaba temporalmente a quienes emprendían el gran viaje, a fin de que les acompañara antes de partir.

Un día, el Encargado de Salud  comentó su malestar al vecino del anciano. Este hombre, que por alguna causa no descubierta aún, conservaba ciertas cualidades que sus antepasados habían poseído, tales como: amor al prójimo, conmiseración y justicia, decidió hacer algo por el anciano.

Esa noche, el vecino, que era pintor, premunido de pintura, pinceles y acompañado de un farol, subió a la azotea del edificio más alto de la ciudad y procedió a pintar sobre la nube negra, un sol grande y generoso de color amarillo anaranjado, cuyos rayos parecían acariciar la ciudad.

Al día siguiente, el anciano moribundo, al despertar, miró hacia la ventana y, ante su sorpresa, descubrió el hermoso astro. Hasta los pájaros cantaron ese día; así de hermosa y natural se veía la pintura.

Toda la mañana se extasió el anciano con el hermoso espectáculo, hasta que ebrio de felicidad, dejó este mundo.

Nadie en la ciudad notó la diferencia, porque ni los más ancianos recordaban cómo era el sol de su infancia, excepto algunas abuelas de gran memoria.

            Y amarillo anaranjado
            Este cuento ha terminado,
            Porque la gran nube negra
            Al sol de nuevo ha tapado.

Ahora a dormir, dijo la abuela arropando al nieto.
En puntillas abandonaba la habitación, cuando con vocecita adormilada, el niño preguntó:

-         Abuela ¿Tú conociste el sol?
-         - Sí, pequeño – contestó la abuela.
-         ¿Era hermoso? – quiso saber el niño.
-         Si,  bello- contestó la abuela con tono evocador .Ahora vamos a dormir.
Entonces el pequeño – casi en un susurro – dijo:
-         Abuela, ¿Mañana podrías pintarme un sol en la ventana?




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