Estudio
sobre Genética Cultural.
Al entretecho donde
había una
población de roedores, llegó
una pareja de
murciélagos. Los ratones los
consideraron
embajadores del cielo, es decir
ángeles y les
rogaron les
indicaran el más
recto camino
hacia el basurero celestial.
El futuro
es un sueño colectivo.
La
ciudad se ha convertido en esclava del
pasado. La gente frenética viene y
va sin entender porqué va
donde va.
Un hombre armado corre
tras otro para ultimarlo. Una joven
enciende un tocadiscos y se refugia
en un rincón donde gime
melódicamente su tristeza.
Recorre
todos los sectores el Presente .No tiene
prisa, saluda cortésmente a quienes le dan
la cara. Tiene un magnetismo, que induce
a muchos a seguirle.
Con voz clara, evangélica dijo: ¿“Qué esperan de mí”?
Los adelantados
y adelantadas caminan junto él en
el paseo circular de la gran
plaza. Lo hacen circulando en el sentido
de los punteros del reloj. Las mujeres se ubican a su izquierda, los hombres
caminan por su costado derecho. Las que son madres le
piden: ayúdanos a tener
un futuro mejor para nuestros
hijos. Los adelantados le reclaman:
Nos
prometieron el pan nuestro de cada día y recibimos migajas.
Elegimos gobernantes que nos
mienten.
Las drogas
destruyen nuestros hogares.
Se asocian
los poderosos para
esquilmarnos.
No existe
la igualdad. No vemos la justicia
social.
El Presente
respondió:
“Puedo
pasar días completos escuchando vuestras quejas. Es inútil porque
soy el espejo que refleja vuestras desdichas .Yo soy el camino que
ustedes recorren desde siempre
.Yo soy la verdad y siempre
encontrarán en mí la veracidad .Yo soy la Vida, eternamente joven y acompaño a todos
los seres que tienen conciencia de existir,
dondequiera que estén
y en este
mismo instante. Los que detentan
el poder y aspiran a la vida eterna para seguir gozando de sus privilegios han tratado de eliminarme y hablan del Futuro. Créanme, nunca he conocido el Futuro.
El Creador me entregó esta misión
de ser el espacio-tiempo donde
desarrollen sus vidas. No
puedo detenerme y espero que
vivan en mí, no en el
pasado. Yo soy también el
mañana y estaré con ustedes en
los momentos que ustedes
llaman futuro, igual que
ahora lo estoy.
Todo lo que
en estos minutos hagan o dejen
de hacer son
actos que producirán
cambios. En esos actos demuestran su querer y ejercitan la voluntad.
Si actúan sin odio y entregan amor a
los demás; si dejan de cometer
crímenes y abandonan el
circuito de la corrupción, llegaré
a ustedes como un
nuevo y mejor presente.
Los más listos
siembran mitos. Han creado dioses
a imagen y semejanza de
ellos para dominarles, para
que ustedes reverencien lo que ha caducado.
El pan nuestro de cada día no es una donación; es el resultado de vuestro
trabajo, del esfuerzo para
conseguirlo.
No
deben caer en
la tentación que
produce la fiebre
del oro. Acompañan al
dinero todos los demonios.
Si tu hijo ha elegido la droga en lugar de tu cuidado, déjalo ir; dejaste de
ser su madre. No te conviertas en compradora de su vicio.
Mientras el Presente seguía
su camino de ubicuidad,
ellas y ellos, se
detuvieron para comentar:
Nos aferramos
a los recuerdos.
El pegamento sentimental que
estos tienen es en
ocasiones dulce, otras amargo. Allí nos
auto enclaustramos. Quizás
queremos eludir el
Presente.
A veces
maquillamos, embellecemos el pasado
para esconder o soslayar
nuestros errores y desaciertos. Tergiversar la historia
implica inutilizar el proceso de análisis y hacer estéril la
autocrítica.
El pasado
traga-tiempos, traga- historias
y nos damos
cuenta de ello, cuando
otros que han
seguido el curso
del Presente, que han navegado
la creación constante
y continua que
en él se
produce ,ya sea en
la música, en el
verso, en lo humano y lo
divino, esos otros nos
cuentan y nos
muestran lo que no
hemos vivido. Entonces nos
espanta el vacío
que ha segmentado
nuestras vidas.
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