domingo, 12 de agosto de 2012

LA MITIFICACIÓN I


  





                           Enrique Darío Lamas


Estudio  sobre  Genética  Cultural.
          
                                                    Al  entretecho  donde  había  una                       
                                                   población  de roedores,  llegó  una  pareja  de
                                                   murciélagos. Los  ratones  los  consideraron
                                                   embajadores  del cielo, es decir ángeles  y  les
                                                   rogaron  les  indicaran  el  más  recto camino
                                                   hacia  el basurero  celestial.
                                                  
         El futuro es  un sueño colectivo.          
                                                                        

         La ciudad  se ha convertido en esclava del pasado. La gente  frenética viene y va  sin entender porqué  va  donde  va.
Un hombre armado corre  tras otro para ultimarlo. Una joven  enciende  un tocadiscos y  se refugia  en un rincón donde gime  melódicamente su tristeza.
        Recorre todos  los sectores el Presente .No tiene prisa, saluda  cortésmente a quienes  le dan  la cara. Tiene un magnetismo, que induce  a muchos  a  seguirle.
        Con  voz clara, evangélica  dijo: ¿“Qué esperan de mí”?
        Los  adelantados  y adelantadas caminan  junto  él  en el  paseo circular  de la gran  plaza. Lo hacen circulando en el sentido  de los  punteros  del reloj. Las  mujeres se ubican a su izquierda, los  hombres  caminan  por  su  costado  derecho. Las que son madres  le  piden:  ayúdanos  a tener  un futuro mejor para nuestros  hijos. Los  adelantados le  reclaman:
          Nos prometieron el pan nuestro de cada día y  recibimos migajas.                
          Elegimos  gobernantes que  nos  mienten.
          Las  drogas  destruyen nuestros  hogares.
          Se  asocian  los  poderosos  para  esquilmarnos.  
          No existe la igualdad. No  vemos  la justicia  social.          
          El   Presente  respondió:
           “Puedo pasar  días completos  escuchando vuestras  quejas. Es inútil  porque  soy  el espejo que  refleja vuestras  desdichas .Yo soy el camino  que  ustedes  recorren desde siempre .Yo soy la verdad y siempre  encontrarán  en mí  la veracidad .Yo soy la Vida, eternamente  joven y acompaño  a todos  los  seres que  tienen conciencia de existir, dondequiera  que  estén  y  en  este  mismo  instante. Los que detentan el poder y aspiran a la vida eterna para seguir gozando  de sus privilegios han tratado  de eliminarme y hablan del  Futuro. Créanme, nunca he conocido el Futuro. El Creador   me entregó  esta misión  de ser el espacio-tiempo donde  desarrollen  sus  vidas. No  puedo  detenerme  y espero que  vivan  en  mí, no en el  pasado. Yo soy  también  el  mañana y estaré con ustedes en  los  momentos que  ustedes  llaman  futuro,  igual que  ahora lo estoy.
           Todo  lo que  en estos minutos  hagan  o dejen  de  hacer  son  actos  que  producirán  cambios. En esos actos demuestran su querer y ejercitan la voluntad. Si  actúan  sin odio y entregan amor  a  los  demás; si dejan de cometer crímenes  y  abandonan el  circuito de la corrupción, llegaré  a ustedes  como  un  nuevo y mejor presente.
          Los  más listos  siembran mitos.  Han creado  dioses  a  imagen y semejanza de ellos  para dominarles,  para  que  ustedes  reverencien lo que  ha caducado.
         El  pan nuestro de cada día  no es una donación; es el resultado de vuestro trabajo, del  esfuerzo  para  conseguirlo.
         No deben  caer  en  la  tentación  que  produce  la  fiebre  del  oro. Acompañan  al  dinero todos  los  demonios.
         Si  tu hijo ha elegido la droga  en lugar de tu cuidado, déjalo ir; dejaste  de  ser  su madre. No te  conviertas en compradora de su vicio.

         Mientras  el Presente  seguía  su  camino de ubicuidad, ellas  y ellos,  se  detuvieron  para  comentar:
         Nos  aferramos  a  los  recuerdos.  El pegamento  sentimental  que  estos  tienen  es  en ocasiones dulce, otras   amargo. Allí  nos  auto enclaustramos. Quizás  queremos  eludir  el  Presente.
         A veces maquillamos, embellecemos el pasado  para  esconder o soslayar nuestros  errores y  desaciertos. Tergiversar  la historia  implica inutilizar  el  proceso de análisis y hacer estéril  la  autocrítica.
         El  pasado  traga-tiempos, traga- historias  y  nos  damos  cuenta  de  ello, cuando  otros  que  han  seguido  el  curso  del Presente, que  han  navegado  la  creación  constante  y  continua  que  en  él  se  produce ,ya  sea  en  la  música, en  el  verso, en  lo humano  y  lo divino, esos  otros  nos  cuentan  y  nos  muestran   lo  que  no hemos  vivido. Entonces  nos  espanta   el  vacío  que  ha  segmentado  nuestras  vidas.

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