Silencio y miedo
Angelina Milla
Mirar por la angosta ventana
un mundo abierto y no atravesarla,
mi alma en suspenso
llora en la quietud
de los rincones gastados.
El farol suspendido
apaga la luz mortecina
y el cuadrado somnoliento
aprisiona al miedo
entre paredes blanquecinas.
Mi frente húmeda da vueltas,
girando en vano por las esquinas
donde ojos asustadizos moran,
escurriéndose por las aristas
y el silencio inadvertido
se cuela por las hendijas.
El miedo me alcanza
y aprieta la estrecha garganta
cual garra salvaje
me arrastra a lo extraño
aún está abierta
la angosta ventana
tal vez me arrepienta
no haberla cruzado.
Cual paz que sofoca
el ruido del silencio frustra
en el oscuro camino
el temor lo absorbe
se alargan las sombras
y el terror va prendiendo
con alfileres de angustia.
Por la bóveda longeva del tiempo,
el reloj avanza acompasado
marcando la vida.
Giro por los recodos del pensamiento,
por el arrobo del inconsciente,
va quedando mi nada
voy perdiendo mi todo
la noche se repliega al pasado
el día trae el presente
y aún están en casa albergados
el miedo y este perpetuo silencio.
Poema simple
Gustavo Olate Ortega
No llores alma mía
Por tus viejos amores
No busques los calores
De cenizas ya frías.
¿Qué no ves que se enfría
El néctar de las flores,
Bajo los resplandores
De una luna sombría?
No busques la ambrosía
En la hiel de dolores,
Porque amargos sabores
Te darán, alma mía.
Sólo ve en lejanía
Las gracias y candores
De labios tentadores
Que han de llegar un día.
Me parece escuchar a Gustavo leer este "poema simple" con su voz tan especial, y darle toda esa riqueza que proporciona una buena lectura haciendo que conmueva a todos sus escuchas.
ResponderEliminarSaludos desde Quilicura, Gustavo!