Hijo de Satanás de Charles Bukowski
Patricia Franco Muller
21 cuentos – 199 páginas.
Biblioteca Municipal de Maipú
La contraportada promete: “La más impactante prosa de alcantarilla, la indecente energía de la furia, el malhadado lenguaje de los bares, etc” frasecitas destinadas a atraer a lectores en busca de lenguaje coprolálico.
Nacido en Alemania y criado en Los Angeles, EE.UU, este autor es considerado por algunos como “algo parecido a Henry Miller”, por su juventud en múltiples oficios, vagabundeos y por ser su escritura “de ficción” un asunto mayoritariamente autobiográfico. Allí termina el parecido.
Estos cuentos donde abundan la diversión y el sarcasmo, harán sentirse al lector como si navegara en un río de alcohol, en compañía de tipos comunes y corrientes con los que es fácil para muchos sentirse identificados:
“Henry se despertó en su cama con resaca, una resaca horrible, mierda, dijo en voz baja.”
Otra de sus frases típicas: “Y el tiempo pasaba como la mierda por el río”. Seres solitarios, abandonados, impotentes en busca de algo que los haga sentirse vivos, aunque sea sólo por momentos: “se detuvo en un semáforo. Y en ese momento tuvo una sensación muy extraña, le pareció que él era la única persona viva del mundo.
Cuando la luz se puso verde, se olvidó completamente del asunto”.
Uno de sus mejores cuentos es el que da título al libro. Un chico de 11 años junto a otros dos torturan y casi matan a otro muchacho con un pretexto cualquiera. Narrado en primera persona el protagonista está asustado de lo que hace y a punto de echarse atrás, pero recapacita, es el líder y debe mantener su personaje hasta el final.
Los menos logrados son “Los escritores” por ser demasiado previsible y “Lo suficientemente loco” por exhibir sólo el aspecto fanfarrón del autor. En el texto, le pregunta alguien al protagonista escritor: ¿qué escribe? – Cochinadas, es la respuesta. Pero tenía bien presente que su popularidad mundial le podía conseguir el Nobel.
Como poeta alcanzó bastante notoriedad. Un botón de muestra:
pájaro azul
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres joder
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?
El éxito que tuvo en vida este narrador y poeta se mantiene entre los jóvenes, como nuestro socio Román de la Parra, quien fotografió su tumba enflorada y le dedicó este poema:
Viejo
Nosotros
los que te supimos
de poesia
y trozos de hombre
acabado
en la batalla
que todos pierden
la misma que peleamos
en cada verso
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El club del crimen
Mario Alfredo Cáceres Contreras
Autor de las novelas policiales “Payasos de la muerte”, sin editar “Máuser 5 y el asesino de las cintas”
B.M.Gill. Es una de las más celebradas escritoras británicas de novelas policiales. Ganadora de la Daga de oro de la Crime Writer´s Association por su novela The Twelfth Juror y candidata en dos ocasiones al premio Edgar de los Mystery Writer´s of América – raro privilegio para un autor británico -, ha publicado diversas novelas policiales en la que destaca El club del crimen, además de Crímenes infantiles que narra las atroces perversidades de una retorcida mente infantil.
Comentar sobre un libro es ubicar al lector frente al escritor. Como asiduo y más bien fanático – Como consecuencia de esta inmensa atracción, el vicio. - lector de novelas policiales, busco al igual que Miguel Arteche, el misterio y el juego que significa todo el desvelamiento y la obvia necesidad de descifrarlo. Y todos los artilugios del escritor los disponga en cada una de las páginas del texto. Un buen amigo me facilitó El club del crimen y encontré una joyita del buen lenguaje escritural, todo, en una novela policial y más impactante porque los sucesos se suscitan en la parte posterior de la casa en la que tiene su discreta sede El club del crimen, hay aparcados varios coches lujosos. Sus propietarios son expertos en armas de fuego, drogas, venenos que forman parte del mundo del crimen. Sin embargo, ninguno de ellos se ha enfrentado con la sangrienta brutalidad de un crimen real. La mayoría sólo aspira a obtener buenos derechos de autor de las novelas policiales que escriben. No sólo el suspenso y el misterio ante un posible asesinato de uno de ellos, sino las descripciones físicas y sobre todo sicológicas de los personajes están muy bien logrados. En ese club se reúnen varias especies de escritores en donde las odiosidades, acusaciones de plagio, el yo superlativo, el miedo al fracaso y las ambiciones desmedidas se reúnen en torno al misterioso asesinato del Director del Club. Encontré frases que invitan a reflexionar, frases relacionadas con el diario vivir como “Yo no creo en la vida después de la muerte, pero sí creo en la vida antes de la muerte” o esta otra “Para los escritores es posible escapar de este mundo real cuando se hace particularmente odioso, se introducen en la ficción y la libertad domina sus cerebros; se sientan en jardines de dulces olores y se bañan en mares no contaminados. Dicen ser personas afortunadas.”
Una veintena de personajes urden la trama - es recomendable en un listado aparte, escribir con sus características físicas y sicológicas a cada uno de ellos -. Una trama que mantiene expectante, quizás irónicamente más de algún lector escritor se sienta reflejado en alguno de los personajes. Es una novela policial clásica que recomiendo leer.
Por último una frase dedicada a todos aquellos que critican y criticamos un libro. Exige respeto por el escritor “Un libro es como el cerebro de un niño. Puede ser el de un cretino. Puede ser el de un subnormal. Sin embargo, no hay un solo padre que no lo quiera”.