Mercedes Mellado
Lucero de cinco puntas
va despuntando en el alba
cruzando por mil caminos
Llevo la angustia en el alma.
Coronaba los cuarenta
cuando escuché la palabra,
y salí con viento fresco
a perderme en la ensenada.
Me alisté en el regimiento
me echaron por patas planas,
me hice minero en el norte,
me corretearon las pampas.
me fui a pescar a Coyhaique,
me salieron almorranas,
me hice marino en el puerto
mas no me quiso la armada.
Llegué a Santiago tullido
de tanto caminar a pata
me llegué hasta el Bío Bío
para ver si hacía plata,
me zurraron los de impuestos
y me metieron en cana.
Ahí se me compuso el naipe
me vendieron la pomada,
aprendí a fumar la buena
sin que me costara nada.
Salí más choro que nunca
convertido en doña Juana
y aquí me tienen rondando
los deslindes de mi rancha,
por si escucho a la Jacinta
que me diga la palabra,
que reconozca los huachos
que tengo en esta parvada
y que siente la cabeza
de una vez, en esta chacra.
Falta una guitarra para escuchar esta rima ingeniosa, como lo es el decir travieso de nustra tierra.
ResponderEliminarMe gusta cuando se streven a rimar.