TRIZADURA
La mujer abrazó al hombre y cuando el hombre comenzaba a fundirse en su interior, el cuerpo de la mujer se trizó y se rompió en mil puñales que crucificaron al hombre.
LABERINTO
La mujer hecha pétalos se abrió y el hombre penetró como en un laberinto de sombras y calles de vértigo azul y palpitaciones rojas, era el corazón que se estremecía como el verso y el fuego en el rosal exaltado.
EL GRITO
El grito, fue un grito aterrador, violento, terrible y agónico, como si la noche hubiera sido herida de muerte y sangrara duelos y cenizas; del infinito llegó un vacío de flechas y remotas campanadas, doblando a muerte por la plata de la luna y por el oro del sol y por la naturaleza contagiada, muerta y sepultada.
EL VIOLÍN
La mujer se acunó en los brazos del hombre y éste la afinó como su fuera su violín, el hombre tensó el arco y la mujer suspiró y extendió sus raíces y su cuerpo cantó, y un adagio de leños encendidos iluminaron las cuerdas ocultas del deseo.
Y las mieles de las notas crecieron y enredaron la pasión en una sonata de madera crepuscular.
OSCURIDAD
Mi calle se inundó de lluvias, quejas y oscuridad, el agua del cielo traía sonrisas de Dios, igual mi calle se inundó de lluvias, quejas y oscuridad. En mi calle se inundaron el amor, la tierra y la claridad, y las sonrisas de Dios escaparon raudas por el alcantarillo de piedra.
Rhenan Vilas Diecisiete de octubre del año dos mil seis
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