Carolina Rosales Stevenson
¿Cuánto pude haber querido?
Nunca sospechaste cuanto pudo ser
¿Cuán felices hubiésemos sido?
Ni siquiera yo puedo deducirlo.
Tanto, tanto, tanto…
¿Para qué?
¿Para quién?
Tantos desconocidos: tanto regalado y extraviado…
Tanta desazón que se amarga con el paso de los años
hasta que ya no sabe a nada…
Tanto apesadumbra ésta, mi pasión,
que nunca fue importante para tu corazón,
salvo para alimentar tu ego hambriento
de hombre malogrado por la vida…
Ínfimo tiempo malgastado
en palabras vanas
en mentiras endulzantes al oído
proxenetas de mañanas, tardes y algunas noches
que prometen eso llamado “amor” que no es más
que un montón de historias de antaño hechas leyenda
y convertidas en mito gracias a la senda de la modernidad...
¿Cuánto pude haberte querido?
¿Qué tan “maravilloso” pudiste ser para mí?
Permíteme responder como a los machos pávidos y fútiles
que el siglo XXI espera de cualquier mujer:
¿Qué tanto te importa concha de tu madre como sea yo?
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