viernes, 29 de julio de 2011
EDITORIAL
El día 26 de julio se cumple el sexto aniversario del Círculo Literario de Maipú, pero la celebración se ha postergado hasta cuando florezcan los almendros y desaparezcan los males que tienen a socias y socios lejos del frío y las corrientes de aire.
A manera de recuento de la obra de miembros de nuestro grupo que se han alejado por diferentes razones, incluimos una pequeña muestra de trabajos de Pablo Guíñez, Elisa Ferrada, Ricardo Navia, Sergio Rodríguez, Julián Gutiérrez y otros.
Como eco de la reciente efervescencia futbolera, va un cuento alusivo de Emilia Páez; se indican las bases del concurso literario “Recordando a Gabriela y Pablo”, (aprovechando de incluir una fantasía de Gladys Abarca, relacionada con ambos autores) y se recuerda la premiación efectuada el 27 de septiembre de 2008 del concurso de poesía Pablo Guíñez, cuyo primer premio era la publicación de un libro, resultando ganadora Katalina Gonzalez Galvez. Desafortunadamente, este concurso no ha podido seguir ofreciéndose, debido a la falta de apoyo de las autoridades culturales de la comuna.
En comentario de libros se escribe sobre una obra de Rosa Montero; entre los autores nacidos en este mes
se da una breve mirada a la obra de Wislawa Szymborska y una joven escritora nos regala galletas de anís.
Y antes que caiga la hoja del calendario del mes, nos apresuramos en armar la Revista Nº 10 y dejarla colgada en su lugar.
Recordamos a nuestras lectoras y lectores enviar sus textos y comentarios al correo: sinalefa25@hotmail.com
HUESO HERIDO Katalina González Gálvez
Recordando especialmente la ceremonia de entrega de premios del primer Concurso de Poesía Pablo Guíñez, reproducimos aquí el comentario efectuado por Ariela Córdova Herrera.
Se puede pensar que se ha dado a este libro el nombre de “ HUESO HERIDO” como consecuencia de un gran daño, son estos dos vocablos espejo traductor de la sociedad, a la autora no le es ajeno el vivir de otros, y queda manifestado a lo largo de esta obra, de este modo da origen a la herida física más honda, al hueso, para llegar a penetrar el alma con ingeniosas conjugaciones que conmueven y despiertan al lector.
Katalina en su obra nos presenta veintitrés poemas enumerados, breves, fragmentarios obedeció en su geografía formal al verso libre donde su habla fluida otorga matices narrativos. Así el hablante lírico es dinámico, se da en el primer poema donde se sitúa como observador y en el segundo poema como protagonista de lo poetizado, parece ser siempre la voz masculina quien argumenta el vivir de estos textos denunciadores y activos.
Las obras literarias no son independientes, se vinculan y dialogan entre sí,
Katalina establece un puente, producto de la buena lectura; ella cita a “Pobres Gentes” primera novela de corte social del autor ruso Fiodor Dostoyevski. Ambos personifican en sus obras a esclavos que cargan agobiados sus miserias y a personas dotadas con valores inquebrantables.
También convoca a recordar a Segismundo personaje de “la vida es sueño” de Pedro Calderón de la Barca y “Metamorfosis” de Kafka, libros marcados por la hondura humana en miserias y alturas espirituales.
Seguimos viajando a través de los textos y no sorprende que la autora con su notable poetizar haya reparado en la presencia perruna de esta sociedad, ella tatuó a perros existentes y personas con vida de perros y la marca a veces alevosa que les confirió la existencia a esta especie, pero como ella bien dice y testifica en Hueso Herido a través de un ave fénix:
He conocido a muchas criaturas,
pero los singulares perros
son impresionantes.
Lloran callados,
ríen en una mirada,
iluminan el espacio como las estrellas de la casa
sufren por otros
y renacen de las cenizas.
La autora revela algunos seres de carácter indolente con el ánimo contagiado de niebla, a otros que están en extrema indefensión como aquel niño que avivaba su fuego en el poema II, de las mujeres confesas en el poema VI o en el poema XI donde el hablante lírico se sitúa al borde de su verdad, conciente y desasistido de aceptación, pues la vida se fractura como una copa cuando la suma de “tomar” y “matar” en toda la amplitud de significantes de ambas palabras acorralan literalmente la existencia ,ya no hay nada , no hay nadie, así se da paso a sentir que se queda “solo como un perro”.
En virtud del ingenio, Katalina se hace merecedora de este premio, su obra Hueso Herido mantiene en toda su lectura una intención develadora, en donde deja atrás artificios y caben las personas con sus particulares voces.
Ariela Córdova Herrera
NACIDA EN JULIO
Posiblemente pocas personas en nuestro país habrán escuchado el nombre de Wislawa Szymborska antes de 1996, año en que le fue concedido el premio Nobel de literatura. Según sus propias palabras, esta
denominación cayó como una catástrofe sobre la vida sencilla de esta escritora polaca, amante de la soledad y habitante de un pequeño departamento en Cracovia, que gusta pasear por la ciudad sobre la nieve y bajo el sol. Sin embargo, su vida no cambió después de dicho acontecimiento y sus usos y costumbres permanecen inalterados, aunque no le agrada conceder entrevistas y le molesta tratar con editores. Posiblemente ahora habrá podido delegar esas cuestiones en terceros.
Nacida el 2 de julio de 1923 en Kornik, su familia se trasladó en 1931 a Cracovia. Estudió Literatura Polaca y sociología entre los años 1945 - 1948. Entre los años 1953 a 1081 se desempeñó como editora de poesía y columnista en la revista literaria semanal “Zycie Literackie”. Sus textos fueron publicados posteriormente en forma de libro en cuatro oportunidades. Ha publicado 16 colecciones de poesía y también ha efectuado traducciones desde el francés. Sus poemas han sido traducidos y publicados en inglés, alemán, sueco, italiano, danés, hebreo, húngaro, checo, eslovaco, serbocroata, rumano, búlgaro y otras lenguas. Después de concedido el Nobel, se tradujo al español.
Ha recibido varios e importantes premios en Europa.
Un párrafo de su discurso de aceptación del Nobel:
“El poeta contemporáneo es escéptico y desconfía incluso -o más bien principalmente- de sí mismo. Con desgano confiesa públicamente que es poeta -como si se tratara de algo vergonzoso. En estos tiempos bulliciosos es más fácil que admitamos los vicios propios, con tal de causar efectos fuertes; mucho más difícil es reconocer las virtudes, ya que están escondidas más profundamente, y hasta uno mismo no cree tanto en ellas. En las encuestas o en los encuentros con amigos ocasionales, cuando el poeta se ve forzado a definir su profesión, acude al término genérico ``escritor'' o al de alguna otra profesión que adicionalmente ejerza. El empleado público o los eventuales compañeros de viaje reciben con cierta perplejidad e inquietud la noticia de que están tratando con un poeta. Sospecho que los filósofos también producen semejante inquietud. No obstante, ellos se encuentran en mejor situación, ya que generalmente pueden adornar su profesión con algún grado académico. Profesor de Filosofía -ya suena mucho más serio.”
Ofreciendo una pequeña muestra de su obra, plena de sencillez y agudeza, se han copiado algunos textos:
ESCRIBIENDO EL CURRICULUM
¿Qué hay que hacer? Escribir la solicitud y anexar el curriculum. Sin importar lo largo de la vida, el curriculum ha de ser breve. Rige la consistencia y elegir bien los hechos. Cambiar paisajes por direcciones y recuerdos borrosos por fechas fijas. De todos los amores sólo el del matrimonio, y de los hijos nada más los nacidos. Importa más quién te conoce y no a quién has conocido.
De tantos viajes, sólo los internacionales. Pertenecer a algo y no: ¿por qué? Menciones honoríficas sin su razón. Escribe como si nunca hubieras hablado contigo. Y pasarás de largo. No hables de perros, gatos, pájaros. Arrumba los recuerdos, los amigos, los sueños. Más sobre el precio, menos sobre el valor. Mejor el título que el contenido. Mejor la talla de tus zapatos que a dónde llevan.
A quién se supone que eres. Anexar una foto, la oreja descubierta: lo que importa es su forma, no lo que oye.
¿Y qué es lo que se oye? El estruendo de la trituradora que destruye expedientes.
¿Qué hay que hacer? Escribir la solicitud y anexar el curriculum. Sin importar lo largo de la vida, el curriculum ha de ser breve. Rige la consistencia y elegir bien los hechos. Cambiar paisajes por direcciones y recuerdos borrosos por fechas fijas. De todos los amores sólo el del matrimonio, y de los hijos nada más los nacidos. Importa más quién te conoce y no a quién has conocido.
De tantos viajes, sólo los internacionales. Pertenecer a algo y no: ¿por qué? Menciones honoríficas sin su razón. Escribe como si nunca hubieras hablado contigo. Y pasarás de largo. No hables de perros, gatos, pájaros. Arrumba los recuerdos, los amigos, los sueños. Más sobre el precio, menos sobre el valor. Mejor el título que el contenido. Mejor la talla de tus zapatos que a dónde llevan.
A quién se supone que eres. Anexar una foto, la oreja descubierta: lo que importa es su forma, no lo que oye.
¿Y qué es lo que se oye? El estruendo de la trituradora que destruye expedientes.
BAJO UNA PEQUEÑA ESTRELLA.
Que me disculpe la coincidencia, por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad, por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo, por el mucho mundo pasado por alto, a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor, por considerar al nuevo como el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones, por el sueño a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, desde hace años el mismo, inmóvil en esta misma jaula, mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueses un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado, por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas, por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo, por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos, por no saber ser cada uno de ellos, ni cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica, porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas y que me esfuerce después, para que parezcan ligeras.
Que me disculpe la coincidencia, por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad, por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo, por el mucho mundo pasado por alto, a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor, por considerar al nuevo como el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones, por el sueño a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, desde hace años el mismo, inmóvil en esta misma jaula, mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueses un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado, por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas, por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo, por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos, por no saber ser cada uno de ellos, ni cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica, porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas y que me esfuerce después, para que parezcan ligeras.
A mi corazón el domingo
Gracias te doy, corazón mío,
por no quejarte, por ir y venir
sin premios, sin halagos,
por diligencia innata.
Tienes setenta merecimientos por minuto.
Cada una de tus sístoles
es como empujar una barca
hacia alta mar
en un viaje alrededor del mundo.
Gracias te doy, corazón mío,
porque una y otra vez
me extraes del todo,
y sigo separada hasta en el sueño.
Cuidas de que no me sueñe al vuelo,
y hasta el extremo de un vuelo
para el que no se necesitan alas.
Gracias te doy, corazón mío,
por haberme despertado de nuevo,
y aunque es domingo,
día de descanso,
bajo mis costillas
continúa el movimiento de un día laboral.
COMENTARIO DE LIBRO
Algunas consideraciones sobre el amor.
Basado en Pasiones de Rosa Montero.
Mario Alfredo Cáceres Contreras (Baruc)
Según la cosmogonía órfica, al principio de todo sólo existía la Noche. Esta Noche infinita puso un huevo, y de él salió el Amor; y de las dos mitades rotas de la cáscara se crearon el Cielo y la Tierra. Así que el Amor es el centro del Universo, el núcleo de la unidad antes de que el huevo se rompiera. Pero no es menos cierto que todos creemos saber algo del Amor. Y, sin embargo, continúa siendo una materia oscura, el reino de la confusión y de lo enigmático.
El Amor es representado en todas las culturas con los mismos símbolos: arcos, flechas, ojos vendados, antorchas con las que inflama el corazón de los mortales. Suele estar desnudo y ser un niño, porque es una emoción que no puede ocultarse y porque permanece igual a sí misma. El ensayista suizo Rougemont dice “El Amor feliz no tiene historia. Sólo el Amor amenazado es novelesco. Y agrega que los poetas cantan al Amor como si se tratara de la verdadera vida, pero esa vida verdadera es la vida imposible”. La sabiduría popular sostiene que las mujeres dan sexo para conseguir Amor, mientras que los hombres dan amor para conseguir sexo; De acuerdo o no con esta aseveración y la opinión de algunos autores que aseguran que jamás podremos entendernos unos a otros. De manera que amar, a lo que parece, significa enajenarse, drogarse, perderse, el deseo de escaparse de ti mismo y fundirse en el otro, buscar lo inalcanzable, desdeñar lo factible. Y, sin preocuparse de que podemos encontrar un Amor perverso, un Amor prohibido, trágico. No nos importa, porque mientras la pasión permanece enquistada en lo imaginario, es una fantasía, una alucinación en la que la persona amada no es más que una excusa que nos buscamos para alcanzar la emoción extrema del enamoramiento. Como dice San Agustín: “Lo que el enamorado ama es el Amor, una droga muy bella, desde luego; pero la vida auténtica y menuda empieza justamente cuando el cuento, el romántico cuento acaba”. Pero no importa, estamos destinados a vivir los infiernos y los paraísos del Amor. Quizás porque todos los amores apasionados son iguales y todos son al mismo tiempo diferentes, porque varía el escenario, las necesidades de cada cual, la manera en que nos enfrentamos a la felicidad y a la desdicha. La Pasión amorosa nunca aprende: siempre es idéntica, eternamente joven, intacta irreflexiva. Y al final terminamos diciendo “Pero cómo es posible que vuelva a estas alturas a las mismas tonterías”, suele esgrimir la razón, espantada, cuando esperamos durante horas una llamada de teléfono que no llega y no llega… “Es que yo no aprendo” se queja el amante dolorido. Y en esos instantes, la vida nunca parece tan efímera como en la melancolía de un amor que termina. Lope, tenía setenta, la vida para él se había acabado. Y en el agosto más acentuado se enamoró “Permíteme callar sólo un momento/ que ya no tienen lágrimas mis ojos/ni conceptos de amor mi pensamiento. Sea cómo fuere en toda historia de Amor, incluso en la más lograda y más feliz, siempre hay un ingrediente de tristeza.
No trato de desmitificar el Amor, al contrario sigamos sobre las nubes y la fragancia emanada del Amor. Sigamos tras esa fantasía, la alucinación que nos provoca la persona amada, sigamos tras esa droga muy bella, continuemos enamorados del Amor.
Definamos la Pasión Acción de padecer/ Inclinación, preferencia o codicia muy viva de una persona a otra. Rosa Montero nos dice en la introducción: “Tengo para mí que éste es exactamente el quid de la cuestión: si nos entregamos a la pasión, si el amor loco nos arrebata, es porque gracias a él podemos evadirnos de nuestra asfixiante individualidad, de este encierro del yo que nos condena a nuestra propia y solitaria muerte. Catón decía que el alma del amante vive en un cuerpo ajeno.”
Sobre esto, creo que el poema de la catalana Amparo Amaros deslinda en la precisión.
Un pensamiento.
Nuestra única forma de ser dioses
es amar sin medida
más allá de lo que a los humanos
nos fuera dado amar.
Sólo así nos concedió la suerte
conjurar el destino
pues más fuerte que el miedo
es el amor.
Y en su nombre fue dicho
que la excepción se hizo
no para confirmar la regla
mas para abrir en ella la brecha de una duda.
Pero hazlo sin creerlo.
Tal vez no sea cierto.
En Pasiones encontrarán las historias de amor pasional de los duques de Windsor, León y Sonia Tolstoi, Oscar Wilde y lord Alfred Douglas, Robert Louis Stevenson y Fanny Vandegrift, Los Borgia, Johon Lennon y Yoko Ono y quizás el amor pedófilo de Lewis Carroll y Alice Liddell, Arthur Rimbaud y Paul Verlaine y varias interesantes parejas de la historia universal. Acomódense en el rincón favorito y deslicen las páginas de Pasiones una a una, porque quedarán presos de la narrativa periodística de Rosa Montero, y no olviden el letrero con grandes letras que indique NO MOLESTAR. Las dieciocho historias publicadas en el diario El País de Madrid, encontraran las Pasiones que ayudan a desmitificar el amor. Un libro fascinante que describe los infiernos y los paraísos del amor y dibuja un rico mosaico histórico sobre la asombrosa aventura de la existencia.
¿Quién es Rosa Montero? Porque nunca debemos olvidar al escritor o al poeta. Nos agrada un libro de sobremanera y poco nos importa el autor o la autora.
Rosa Montero nació en Madrid y estudió periodismo y psicología mientras colaboraba con grupos de teatro independiente como Tábano y Canon. En 1980 ganó el premio Nacional de Periodismo. Ha publicado las novelas Crónicas del desamor (1979), La función Delta (1981), Te trataré como a una reina (1983), Amado amo (1988), Temblor (1990), Bella y oscura (1993), La hija del caníbal (Premio Primavera 1997)Un libro de cuentos Amantes y enemigos (1998), Historias de mujeres (1995) y seis novela editadas entre 1994 y 2002). Confieso que Rosa Montero ha influido en mi aprendizaje como aprendiz de escritor, sobre todo en la novela, La loca de la casa, (publicada en junio del 2003).
CONCURSO LITERARIO
Centro Cultural
“PROFESOR MANUEL GUERRERO CEBALLOS”
2011
B A S E S
19° CONCURSO LITERARIO.
“RECORDANDO a GABRIELA y PABLO”
Se abre el concurso y usted puede participar en dos categorías:
1.- Poesía (verso o prosa). Tema Libre.
2.- Cuento (mínimo un hoja tamaño carta). Tema libre.
3.- Se puede concursar en los dos géneros, pero con un
trabajo, es decir : una poesía, un cuento.
- Podrá participar toda persona mayor de 12 años.
- Los trabajos deben presentarse escritos a maquina o computador,
por “triplicado”, hasta el 4 de septiembre.
- Todos los trabajos deben suscribirse con un “seudónimo”.
- En sobre aparte identificado con el seudónimo se escribirán
los datos personales:
- Nombre completo
- Seudónimo
- Domicilio
- Edad
- Fono.
Los trabajos se recibirán en Avenida Victoria Nº 2844 (Bazar Victoria)
En el mes de octubre el jurado dará a conocer el resultado, otorgando tres primeros premios y dos menciones honrosas en cada categoría.
- La premiación se hará en un Acto artístico en la sede de la Central Única de Trabajadores, Av.5 de abril 450.
Mi madre en su lecho reza
por mi su oración confiada.
Pero yo talvez por siempre
tendré mi cara con lagrimas
“Con tu frente en mi frente
con tu boca en mi boca
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme”
POEMAS : Pampa Fashion
Rodrigo Luis Manriquez
Desde
El umbral de la
Escuela Santa María
De Iquique
Damos inicio a
La temporada Primavera-Verano
“All Fashion
Tarapacá en huelga”
Un desfile
de miedo
Podemos ver
a Juan todo fashion él
caminando pasarelas de
tierra
modelando un lindo conjunto
de agujeros
de distintos calibres
que combinan
con su rojo sangre
De alta costura el
gran túnel de su cabeza
en pantalones
quemados de pólvora
apreciamos la novedosa textura
de coágulos secos
que marcará la tendencia
veraniega
Despidamos con un fuerte
aplauso a Roberto
el pampino fashion
quien espera marchar pronto
a su fosa común
con el pago de Chile
en el bolsillo
Los agujeros
cortesía del
Ejército de Chile
se venden por
separado
los pueden encontrar
en la boutique de escuela militar
donde por supuesto
la moda
está
matando
De “Utopías de una muerte infante” de Ricardo Sanchez (ORFO)
Sociedad
Donde decir te quiero, es pecado,
donde marchar sólo, es autismo,
donde desear sin amar,
“sombra prostituida”,
Al estrechar el cristal rociado de vid,
anónimo alcohólico
te han de apodar.
Donde amar la estéril bohemia,
donde plasmar utopías,
ante la opresión físicamental,
donde pisar tablas lejanas:
sinónimo de trastorno,
escoria de la alta distinción.
Donde mil marchas ajenas,
de iguales cosmos,
reproches y prejuicios,
sin clamar más que la necia,
mirada de reojo.
Donde excluirse de andadas antipersonales,
es atarse a la desquiciada sociedad.
Te hiciste lamento
Alicia Villegas Esparza
Dulce obsesión de mi vida
en el transcurso del tiempo,
fuiste creciendo sin prisa
transformándote en lamento.
Te hiciste fuerte sin causa
aprisionando mi tiempo;
fuiste creciendo sin pausa
brisa suave junto al viento.
Eres cadena que amarra
este amor sin sostenerlo;
¡Y eres prisión que atrapa
mi cuerpo sin poseerlo!
Mensaje
Mario Ortiz Quiroga
Fuimos cuerpo, ya nada queda
Manos, ojos, quejas, caprichos
Que se quedaron en la soledad
De un atardecer sin esperanza
Ahora es necesario que nos separemos
Por segundos, eternos años, más allá,
En el compás de la noche, pero antes
Llévame en tu piel, sin rencores
Con amor, sólo en tu recuerdo.
Cuando me necesites, búscame
En el fondo de tus ojos, y allí
Me encontrarás, porque en ellos
Me quedaré muy junto a tu corazón
Para entonces, ya estaré contigo.
De "TRIGAL" de DORIS MEZA
Nosotros
Sólo una mirada de tus ojos paganos
Para involucrarnos de pleno
En encuentros clandestinos.
Tu y yo
Clavados al unísono
En las sombras de la noche
Al amparo del viento
Entre sábanas blancas y delirios.
De "MILITANCIA PERSONAL", DE SERGIO RODRIGUEZ SAAVEDRA
Y preguntas quien soy
El mismo que se desviste y descalza
cada noche para amarte
que anuncia su llegada con el correo perdido
ese que tiene muchas cicatrices en el cuerpo
y algo de sangre en el alma
el que enseña a leer y escribir
con mensajes de agua y harto barro
el que solo aprende los rostros que quiere
guardándose los odios para otro día
al que le gustan el fútbol y los libros
la mesa servida para los ausentes
que no te habla mucho porque siempre
quiere escuchar como rompes el silencio
un hombre formal
yo, rodriguez saavedra, sergio
De "IMPROMPTUS 2004" de ELISA FERRADA
DE BAJADA
Te he visto caminar rápida y aliviadamente por la vida.
¿Aún no te das cuenta que es porque
Solamente lo has hecho de bajada?
Al final, desde el fondo, quizás te duela
Ver cuan lejana, tenue e inalcanzable
Brilla desde arriba la luz de las estrellas.
De "LA ROSA DEVORADA" de PABLO GUÍÑEZ
VII
Pero todo pasa de ser un sueño,
El avellano busca tu hermosura.
El canelo te busca a ti, sagrada.
¿En qué paso del monte te hallas sola?
Costado de luz que necesito.
Manzano de ese huerto, luna nueva.
¿En dónde yaces, paloma dolorida?
¿En qué fuego quemaron tu cintura?
Tórtola del verano en pleno vuelo.
Sementera madura, estremecida.
Jarra de miel que cogeré dormido.
¿En qué isla tu mano se halla sola?
Mi rosa devorada, mi paloma,
¿en qué espejo o espanto, enterraron tus alas?
de CANTOS A LA MUERTE, RICARDO NAVIA
Dolor en medio de la niebla
Se ha oscurecido todo, hay un gran silencio,
un grave y hondo silencio que cae sobre el mundo
en tanto, al oído de los moribundos
llega aquel canto lejano:
Todo lo que nace
Debe morir
No se escucha el ruido de los vehículos
surcando las lóbregas avenidas.
Soy una reacción química
que se retuerce por las calles;
eres una reacción química que se arrastra;
vamos con el hocico abierto ingiriendo desgracias,
ingresando por la cloaca del rostro todo lo masticable.
Pero por qué tengo este cuerpo de gusano,
por qué este cuerpo devorante,
ingiriente hasta la desesperación?
¿Nací acaso dentro de este horrible figura?
Yo pernocto en su interior, pero,
¿no seré yo el que devora,
no seré yo el que ingiere por la cloaca,
no seré yo el que mastica horrendamente?
¿Cuánto, cuánto tiempo?
Somos una reacción química,
el cuerpo donde estoy alojado es una reacción.
Estoy metido dentro de miles de millones de aminoácidos,
los desoxirribonucleicos son mi hábitat,
me desplazo dentro de otros seres vivientes
que a su vez son sólo reacciones
las enzimas con su propia entropía,
que siguen la cadena porque ingieren a otra reacción,
somos el producto de una secuencia interminable
vivimos dentro de este conglomerado viscoso,
nos desplazamos de un lado a otro con nuestro ADN, nuestra marca;
incitamos a que se abran las cloacas
del organismo
para expulsar o retener,
pero y nosotros,
los que olemos las flores,
los que gozamos de sus colores, nosotros los que reímos,
nosotros los que gozamos,
nosotros los que amamos eternamente,
los que sufrimos,
los que captamos el dolor,
los que somos el dolor mismo,
¿hacia dónde vamos,
por qué estamos dentro de este cáscara, para quéeee…?
Yo soy, ani, ego sum,
rgo eimí, j’e sui, ich bin
ru sou, io sono,
y no nos podemos entender
siendo exactamente lo mismo que los demás.
El desamor es más adictivo que el amor
Por Ariel Zúñiga
El desamor es adictivo
sus efectos son persistentes en el organismo.
Cuando se ama se piensa todo el tiempo en el amado,
cuando se es desamado se piensa aún más en el desamante.
El dolor, es más persistente que el placer
la infelicidad más perdurable que la felicidad.
Hay quienes reparten sólo sufrimiento y angustia
y te capturan, como una droga cortada por DEA
El amor y el desamor, la felicidad y la infelicidad
te evaden de la vida y sus responsabilidades.
Hay quienes los confunden, pues son equivalentes
aunque sus efectos,
para quienes los han disfrutado y padecido
son opuestos.
Difiere un buen polvo de una paliza,
una estocada de una caricia
para quienes sepan diferenciarlo.
El desamor te atrapa.
te angustia el ser herido
el ser herido nuevamente
el haberlo sido
y te duele el dolor mismo
Ojalá el amor tuviera esa virtud
de capturar tus emociones
de un modo tan constante y persistente
como el desamor.
Gladys Abarca Villa
Nunca pensó que su funeral sería tan triste, meditaba el espíritu de Pablo viendo pasar el cortejo que trasladaba su cuerpo al Cementerio General.
Él siempre había deseado un funeral con cantos, con poesía recitada por pobladores, obreros o tal vez una joven diciendo a viva voz uno de sus poemas de amor, mientras tomaba de la mano a un muchacho con una camisa amaranto.
Estaba tan desolado que no se percató de que a su lado había otro espíritu mirando el cortejo. Era una mujer de edad mediana, alta con una melena corta y expresión de señorío en su rostro. De pronto, ella se le acerca y con una voz que le sale del alma, le dice: -Pablo, no estés triste, lo que ves aquí no tiene gran importancia, lo sustancial es qué pasará con el correr de los años, si en los pueblos se siguen recitando tus poemas, si continúas vigente, eso es lo importante porque serás inmortal y vivirás en el corazón de miles de hombres y mujeres que recitarán tus versos.
Gabriela, qué placer verte- le responde Pablo- pero qué pena que sea en estas circunstancias, debo explicarte que mi gran tristeza en este momento es saber el dolor que azota a mi patria, es como si el ángel del mal hubiera extendido su capa sobre nosotros y desatado los peores instintos sobre aquéllos que juraron defendernos, esa es mi gran aflicción, por causa de ellos no veo a mis amigos, sé que están sufriendo e impedidos de estar aquí hoy, no veo el bosque de banderas que siempre traen los jóvenes ¿Cómo quieres que no esté triste?
Gabriela lo miró y por su rostro se deslizaron unas lágrimas silenciosas; tomó la mano de Pablo y susurró:- yo también sé lo que es el dolor de la ausencia de los que uno quiere, de la soledad, de la incomprensión. Tras una breve pausa recobra su sonrisa y agrega: ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? Yo no lo he olvidado, eras muy joven, lleno de ideales. Cuando iniciaste los trámites para sacar a los españoles perseguidos por Franco, recé para que tuvieras éxito y cuando se hizo realidad el viaje del Winnipeg yo lo sentí como algo mío y te bendije a la distancia.
Gabriela- le respondió Pablo- yo siempre te admiré y seguí tu trayectoria. Para mí tú eras un Goliat femenino. A pesar de que siempre te estaban cambiando de país para después olvidarse de ti, tú no cambiabas, seguías haciendo noticia, tus artículos, tus versos, tus cartas, tienen una fuerza maravillosa y por méritos propios obtuviste el premio Nobel, mientras que en tu patria no se te reconocía.
Ella sonrió y respondió: - Tú no te has quedado atrás, también fuiste recibido en Estocolmo por el rey que te entregó el premio.
Pasó un breve momento en que cada uno pensó en su vida terrenal y en este estado, sin espacio ni tiempo, pero a la vez con todo el tiempo del mundo. De pronto, Gabriela exclamó: ¡Qué olvidadiza soy! Mi venida aquí tiene por objeto llevarte donde un amigo que desea verte. Con un gesto invitó a Pablo a que la siguiera.
Ambos llegaron a una típica tasca española. Sorprendido, Pablo vio en la puerta a un hombre que los esperaba, era Federico García Lorca.
GALLETAS DE ANÍS
Marina Keller
El periódico sobre la mesa, un cenicero lleno de colillas de Viceroy Ultra Light, éstos son los restos de mi último retiro para tratar de estabilizar mi vida. Tantas veces llamé a tu celular, pero siempre estaba apagado o sin señal y cada vez que llamaba, más desesperado era mi intento por dejarme morir. Llegó el alba a un paso lento y raspó el sol en las cortinas color vino. Tirada despreocupadamente sobre la alfombra esperé que las llagas de esos cortes en las manos siguieran sangrando, no tenía preocupación por dejarme vencer. Un hechizo me condujo a un desespero de ideas llamativas de muerte y dolor.
Cerca de las doce del día vi tus ojos dormilones frente a los míos, traté de ponerme en pie y acercarme a tu boca para besarla, pero noté que sólo era un espejismo de mis ganas de tenerte cerca y adorarte.
Ya la desesperación ha pasado casi por completo, queda, por supuesto, el vestigio de una noche en vela y se nota en mis ojos - el maquillaje corrido y las ojeras- que he llorado más que nunca, pero no te desesperes, de todas formas nada puede ser tan duro para una chica, al final todas sabemos que siempre hay una salida.
No tenemos por qué preocuparnos ahora, la vida se conduce sola, puedo ver como por la ventana entra la luz de la tarde, ya son como las tres y todavía sigo tendida en la alfombra.
Quiero que toques la puerta, salir corriendo a abrir y enroscarme en tus brazos y sentir el olor de tu perfume de violetas y jazmín, adoro ese olor.
¿Comemos juntas? De eso ni hablar, no comes pasta y eso es lo que a mi más me gusta. Fumemos un puro juntas. Olvídalo, tus dientes se van a poner amarillos. Tal vez podríamos tendernos al sol para tostarnos un poco. No, tu piel blanca no puede estar mucho rato expuesta a la luz del sol. Somos tan distintas. Creo que la rudeza de mi carácter no me ha servido para esperarte toda la noche. Y qué noche.
¿Mañana será todo como antes? Dormiremos juntas en la cama king que compré para que te sintieras a tus anchas y te revolcaras en la noche. No me asfixias, te dije, pero bueno, siempre estás preocupada de no importunar. Y es verdad que me ayudaste a pagar la cama, pero siempre me preguntabas antes de acostarte en ella a dormir la siesta. Mariana no tienes más que hacerlo, cuando quieras, te decía. Me encanta verte dormir y no es que sea algo cómico o tal vez tierno, es simplemente que cuando duermes emites un sonido tan especial, como si en sueños alguien te hiciera el amor y perdieras ese quejido poco a poco.
Ya mañana será otro día y tengo miedo de ver tus ojos otra vez, mi niña hermosa, tus ojos de bendita adolescente, qué esperas para arrancar los míos.
Las almohadas de la cama no resistieron tus lágrimas, estuvieron húmedas varios días, no quise lavarlas, sentía ese olor a jazmín tan nítido en ellas, tan pueril, lleno de tus hormonas juveniles. Llora, te dije, porque no hay mejor remedio que ese para la pena. Yo lo sé, por eso lloro ahora que te necesito, porque tengo pena de no estar contigo y la pena no se quita con remedios o yerbas, se quita con el llanto y con el silencio.
Escucho tu voz y tu voz es el silencio, por eso cuando quiero que no estés conmigo te tengo todo el tiempo en mis oídos.
Las galletas de anís ya se acabaron, me las comí sin darme cuenta, el olor del anís es una terapia. Recuerdo que sentí ese olor en tu boca cuando me besaste en el auto, ese olor a dulce de anís y a cigarrillo, ese típico olor tuyo a jazmín en tu blusa y tus manos que tenían esa crema de aloe vera. Recuerdo esos olores porque siempre que los siento vienes tú, corres para decirme que saldrás más temprano y nos iremos juntas.
Y recuerdo el anís de esa vez que nos tiramos en la cama y nos fumamos un pito, ese día trajiste las primeras galletas de anís a esta casa.
¿Qué pasará que no llamas, qué pasará que no respiras en mi oído y me dices todas esas veces que me quieres? Ya es de noche y no has llegado. ¿Quién te convenció de que yo era la mala? ¿Quién te dijo que yo me burlaba de ti a tus espaldas? Quiero que me lo digas para matar a esa persona, para decirle que se vaya al demonio y me deje amarte, porque ya no tengo miedo de hacerlo, cuando te lo dije se acabó el miedo. Porque vi en tus ojos esa dulzura que sólo tú tienes.
Ya estoy en pie, encendí el equipo y puse esa canción que me cantaste en el pub la última noche que estuvimos juntas, ¿recuerdas? Hopelessly devoted to you, de la Newton-John. Que dulce es tu voz, ¿sabías que me encanta cuando estás medio borracha?, porque te atreves a todo lo que el pudor te impide sobria.
Suena el celular, corro a contestarlo y escucho tu voz entrecortada y el silencio. Escucho cada una de tus palabras y no digo nada hasta que termines, cuando siento la necesidad de hacerlo y decir -te necesito- de nuevo el silencio y lloras.
Vendrás a verme, quieres conversar conmigo, quieres que todo se acabe ahora, porque las cosas han ido demasiado lejos y no estás dispuesta a que los demás hablen mal de ti y te tilden de lesbiana cuando no lo eres. ¿Qué es esa estupidez que dices? ¿Quién te dijo que amar es algo malo o sucio? ¿ Y qué encontrarás cuando llegues? No seré yo lo que veas, será el cuerpo de alguien que se parece a mí. Haré cortes más profundos y esperaré que la sangre escurra y oleré el jazmín y el anís de tu cuerpo por última vez. Nadie es culpable del deseo, ni de la muerte, y tienes razón cuando dices que es tiempo de que las cosas acaben, para ti y para mí, aunque siempre uno es el que se lleva la peor parte.
Dime si sigues creyendo en el sabor del chocolate como analgésico, tal vez ese era el único remedio que conoces para el sabor amargo y tal vez esta fue la única vez que no lo ocupé, es que cuando tú no estás todo sabe amargo.
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